¿Buscáis un viaje que os permita experimentar el ambiente antiguo y al mismo tiempo la modernidad de una capital europea histórica y fascinante? No, no necesitáis un DeLorean ni siquiera a Doc, ¡sino saber qué ver en Viena en 3 días!
Capital del imperio de los Habsburgo, gracias a su ubicación centroeuropea y a su historia, representa una mezcla única de culturas y tradiciones. Hay que imaginarse Viena como una Nueva York de siglos pasados, punto de llegada de pueblos, comidas y culturas muy diferentes, unidos bajo la corona de los Habsburgo.
Deambulando por las calles de la ciudad, podréis sentir la gran ebullición intelectual y disfrutar de atmósferas mágicas en uno de los muchos cafés históricos.
Museos, ambientes y gastronomía: una metrópoli llena de cultura
En los años 80, el legendario Falco, citando a los Clash, cantaba «Vienna Calling», y si vosotros también sentís la llamada de la capital austriaca, ¡contestad y no quedaréis decepcionados! Viena es perfecta para descubrirla a pie, en la amplia y eficaz red de transporte público, o en bicicleta urbana.
Qué ver en Viena, Día 1: ¡Ringstrasse y Sacher!
Para una primera visita de orientación y reconocimiento, os recomendamos que cojáis los tradicionales Bim (así se llama el tranvía en dialecto vienés) nº 1 y nº 2 y recorráis cómodamente la Ringstrasse. Un buen plan para saber qué ver en Viena en 3 días. Es un elegante y arbolado doble bulevar que engloba las principales atracciones por las que es famosa la capital austriaca: desde la Staatsoper hasta los museos «gemelos» Kunsthistorisches Museum y Naturhistorisches Museum, pasando por el Hofburg, desde el Parlamento hasta el Burgtheater y el Rathaus (Ayuntamiento de Viena).
Con un billete de un día para el transporte público podréis bajar y subir en todas las paradas de la Ringstrasse, visitar los monumentos y dirigiros a la siguiente parada. Y si la visita os ha abierto el apetito y queréis probar platos típicos, no os faltarán opciones que elegir. Para los más tradicionalistas, una parada en el Café Sacher Wien o en el Café Demel es obligada, mientras que para los alternativos, un momento de relax en Vollpension in der Muk o en Palmenhaus será un festín para la vista y el paladar.
¿Sois incansables urbanitas y no queréis perderos ni una sola calle del centro de Viena? Bajad en la estación de tranvía o metro de Schwedenplatz y dirigiros a la Ruprechtskirche, la iglesia más antigua de Viena y uno de sus rincones más bellos. Perdeos por las calles adoquinadas en dirección a la Rotenturmstrasse y seguid hasta el Fleischmarkt y la Stephansdom –también llamada Steffl por los vieneses– con su emblemática torre y la Kärtnerstrasse.
Qué ver en Viena Día 2: Museumquartier y la vida como un vienés más
Como ya hemos dicho, estamos en una capital repleta de cultura. Aquí se formaron y desarrollaron Gustav Klimt, Egon Schiele y la escuela Jugendstil. Además, cuenta con uno de los diez distritos culturales más grandes del mundo. El Museumsquartier, accesible a través de la parada de U-Bahn del mismo nombre es algo que ver en Viena en 3 días, reúne edificios barrocos y palacios contemporáneos. En su interior veréis el museo de arte moderno MUMOK y el Leopold Museum. Dentro de este último está la colección privada más importante de arte austriaco de los siglos XIX y XX, con obras de Gustav Klimt (cuidado, el famoso «Beso» no se encuentra aquí, sino en Schloss Belvedere), Egon Schiele y las Wiener Werkstätte.
Pero la cosa no acaba aquí… durante vuestros tres días en Viena tendréis que saborear un poco de la sana vida local, de lo contrario, ¡vaya experiencia! Bajad en la parada de Karlsplatz y haced un recorrido por la Karlskirche, la «cúpula» de la capital austriaca, con su interior de estilo barroco y su plaza siempre repleta de iniciativas y mercados. Siguiendo por la Friedrichstrasse, podréis admirar el Palacio de la Secesión, uno de los edificios Jugendstil más famosos de Viena. El palacio es una representación del mismo se encuentra también en la moneda de 50 céntimos acuñada para Austria. En el interior del Palacio de la Secesión encontraréis el Beethovenfries (Friso de Beethoven), pintado por Klimt en 1902.
Después de esta excursión cultural, sumergíos en el Naschmarkt, un mix de voces, especias, olores y colores, donde encontraréis puestos de comida típica austriaca. Pero también la hay húngara, eslava, turca, italiana y pequeñas tabernas vienesas donde podréis comer, como la Gasthaus zur Eisernen Zeit, un histórico Beisl (el característico restaurante vienés) para saborear el auténtico espíritu austriaco. Ya descansados, dirigiros de nuevo a Schloss Schönbrunn, la residencia de verano de los Habsburgo.
Qué ver en Viena Día 3: Schloss Belvedere y arquitectura vanguardista
No podéis iros de Viena sin ver el beso más famoso del mundo, así que… aunque no seáis unos románticos, dirigiros con la línea D del tranvía al Schloss Belvedere para explorar sus encantadores jardines barrocos y ver por fin “El Beso” de Klimt, situado en el Belvedere Superior (Obere Belvedere).
Una de las visitas obligadas antes de concluir vuestro recorrido de 3 días por Viena es contemplar una obra de Friedensreich Hundertwasser. Arquitecto y artista polifacético, en la segunda mitad del siglo XX Hundertwasser experimentó y anticipó los conceptos de la bioarquitectura, aplicándolos también a la construcción de viviendas sociales.
No os perdáis además la Kunst Haus Wien, un museo con la única colección permanente en el mundo de obras del artista, y un edificio para descubrir y experimentar. Para llegar desde el Belvedere hay que coger el tranvía hasta Julius Raab Platz y después el Bim 1 hasta Radetzky Platz. Un breve paseo os llevará a Untere Weissgerber Strasse 13 y admiraréis la Kunst Haus en toda su… ¡excelencia!
Ya sólo queda despedirse de Viena, al menos por el momento. La ciudad os fascinará tanto que querréis volver a explorarla en un futuro próximo.
Ya sabéis qué ver en Viena en 3 días. ¿Queréis venir a visitar la ciudad con WeRoad? Descubrid el itinerario «De Munich a Viena: en bicicleta por la ruta del Danubio«.