Glamurosa y al mismo tiempo salvaje. Elegante y casual, bohemia y sofisticada: dualidades que deslumbran invariablemente. ¿Ya sabéis qué ver en Formentera?
Los colores son los brillantes de los años sesenta y aún se respira ese espíritu peace & love que la hizo famosa en todo el mundo. Desde entonces, es el destino predilecto de los turistas eco-conscientes con alma hippy.
¿Qué hacen de esta isla una maravilla? No pocas cosas: el mar cristalino, la posidonia oceánica –una planta acuática endémica– que le da un brillo deslumbrante, los fondos marinos que conquistan a los buceadores y la omnipresente piedra de marés.
Aquí nos divertimos, nos regeneramos y nos recargamos mentalmente. También podemos dedicarnos a los deportes acuáticos y hacer senderismo, ciclismo de montaña y excursiones a caballo. Amantes de la moda, entusiastas de la vela, aspirantes a buceadores, viajeros en busca de un buen retiro para relajarse al sol: esta isla pone a todos de acuerdo.
Aquí os dejamos nuestros consejos sobre qué hacer y qué ver en Formentera, la isla más pequeña, íntima y apartada del archipiélago español de las Baleares, accesible solo por mar. Entre noches animadas, aperitivos frente a puestas de sol ardientes, calas escondidas y lugares místicos que emanan pura energía positiva.
Las playas más hermosas de Formentera
Empecemos por las playas. La más meridional de las Islas Pitiusas es un sueño a la deriva, donde la arena blanca hace frontera con pinares.
La extraordinaria transparencia de las aguas del Mediterráneo se ve favorecida, como hemos mencionado, por la presencia de uno de los ejemplares más longevos del mundo de posidonia oceánica. Es una planta acuática cuyo desarrollo foliar desempeña un papel fundamental en la producción de oxígeno, ofreciendo refugio a una amplia variedad de especies de peces, entre ellos morenas, langostas, meros, lubinas y barracudas.
Los fondos marinos son un paraíso sumergido, gracias a la salinidad adecuada, la temperatura constante y las corrientes que corren de noroeste a sureste. El paraíso está aquí. Desde Cala Saona hasta la playa de Ses Illetes, os dejamos los mejores puntos del mar de esta espléndida isla.
Península de Es Trucador
La península de Es Trucador, en la parte norte, es el tramo de litoral objetivamente más escénico: un delgado istmo que se extiende hacia el norte hasta la vecina isla de S’Espalmador, con arena rosada.
Desde allí se extienden hacia el este Platja de Llevant, amada por los naturistas, y hacia el oeste Playa de Ses Illetes, que significa «los islotes». Para proteger esta fantástica playa de arena blanca mezclada con polvos de coral hay una galaxia de farallones diminutos y pequeñas islas.
La península de Es Trucador se estrecha hasta tener dos litorales en ambos lados, que compiten entre sí por las aguas más claras, las dunas más suaves y el perfil más sensual. Y, detalle nada menor, tendréis la certeza matemática de encontrar siempre mar tranquilo porque, si en un lado no hay viento, lo hay en el otro y viceversa.
Es imprescindible una parada en el chiringuito histórico de la playa de Levante, donde os podréis deleitar con paella, caldereta de langosta y ensalada payesa con peix sec.
Playa es Pujols
Lo siguiente en la lista de qué ver en Formentera es Es Pujols, un pequeño y muy animado centro costero junto a una cala natural a unos pocos kilómetros del puerto de Formentera y la península de Es Trucador.
Pujols es una de las más famosas de la isla. Tiene una sucesión casi ininterrumpida de beach bars, chiringuitos y locales pieds dans l’eau donde podréis disfrutar de sangría, mojito y pomada –una mezcla de jugo de limón fresquísimo y un gin producido en Menorca.
A menos de un kilómetro de Es Pujols está Sa Roqueta, el destino predilecto de los amantes de las olas y el surf. Continuando hacia el este veréis, en orden, la Torre de sa Punta Prima, la más imponente de las torres defensivas de Formentera; Cala En Baster, una encantadora bahía enclavada entre acantilados rocosos; y Ses Platgetes, de un encanto casi caribeño.
Platja de Migjorn
Amplia y extendida por seis kilómetros a lo largo de la costa sur de Formentera, Platja de Migjorn es una playa encantadora, que, además, nunca da la impresión de estar abarrotada, ni siquiera en temporada alta. Os sugerimos dar largos y regeneradores paseos por la orilla.
Desde el litoral salpicado de chiringuitos se extienden pintorescas calas de arena color rubio fresa conectadas por largos muelles de madera. Éstas se alternan con ensenadas rocosas que los fondos marinos cambiantes transforman en paletas pintadas con todas las tonalidades del azul. Merecen una visita el arenal de Es Codol Foradat y Platja Es Arenals en la parte oriental, con una exacta fusión de naturaleza y vida social. El sonido de las olas se mezcla con sonidos chill con digresiones techno de una movida contenida.
Calo Des Mort
A pocos pasos de Platja de Migjorn, descendiendo por una escalera semi escondida, se llega a una deliciosa cala que lleva el nombre de Calo Des Mort. El nombre es siniestro, lo admitimos, pero el lugar es una verdadera joya. Aquí os espera una idílica piscina natural con agua cristalina rodeada de bajos acantilados.
Cala Saona
En una guía sobre qué ver en Formentera no puede faltar Cala Saona, una hermosa playa en la costa occidental, muy apreciada por su fondo marino bajo y arenoso y el cercano pinar, refugio del sol balear. Los dos brazos de roca roja, Punta Rasa y Caló d’en Trull, que corren paralelos al mar de Cala Saona, son un verdadero espectáculo de la naturaleza.
Estany des Peix
¿Qué ver en Formentera? También merece una mención la pequeña laguna de Estany des Peix, al oeste del puerto de Formentera. Tiene una estrecha apertura al mar utilizada para el amarre de pequeñas embarcaciones y para practicar kayak, vela y windsurf.
Faros en el fin del mundo
El Pilar La Mola, donde se dice que vivió Bob Dylan, es un lánguido pueblo situado en el punto más alto del lado oriental de la isla. La principal atracción es el colorido mercado de artesanía hippy que se celebra todos los miércoles y domingos. Aviso: no es raro encontrarse con Kate Moss, que es una habitual de la isla.
Luego, llegad hasta el Far de la Mola, que desde 1861 domina con su orgullosa soledad la extremidad sureste de la isla. Azotado por fuertes corrientes impregnadas de sal, se dice que inspiró al escritor francés Jules Verne, que en su novela “De la Tierra a la Luna” lo definió como «el faro al fin del mundo». Admirar el amanecer aquí, suspendidos al borde de un acantilado a 120 metros de altura, es una experiencia absolutamente inolvidable.
Para el atardecer, os sugerimos llegar a la otra punta de la isla, donde el solemne faro de Cap de Barbaria se erige en un promontorio rocoso de un encanto místico en el punto más al sur de las Baleares, extendiéndose en dirección a Marruecos. Cerrado a los coches, se llega con un agradable paseo de media hora en un paisaje casi lunar.
Consejo de expertos: desde una grieta en la roca se accede con una escalera basculante a una cueva natural en la base del faro, desde la que se puede admirar el sol zambullirse en el Mediterráneo al atardecer. El silencio, la paz y la atmósfera casi mística que envuelve estos lugares favorecen la meditación, la contemplación y la paz de los sentidos. No sorprende que Formentera se considere nueva referencia para el turismo espiritual.
Deportes, arte e historia
Formentera no es solo movida y playas de autor. La isla cuenta con un extraordinario interior por descubrir. En Sant Francesc Xavier, la capital, hay un fascinante conjunto de casitas blancas reunidas alrededor de la plaza central con una iglesia del siglo XVIII con una austera fachada encalada. Sus callejuelas están salpicadas de ateliers, pequeños talleres y tiendas de artesanos que producen joyas, artículos de madera, accesorios y prendas de vestir confeccionadas con telas y tintes naturales.
Merece absolutamente una visita la reserva natural de Estany Pudent, en la parte central de la isla. Aquí se erigen los dólmenes de Ca Na Costa, el sepulcro megalítico más espectacular de toda España, que confirma aquí la presencia humana desde la Edad del Bronce.
El clima suave en cualquier estación, la orografía y el paisaje exquisitamente salvaje hacen de Formentera el lugar ideal también para agradables sesiones de nordic walking y excursiones en bicicleta de montaña o a caballo a lo largo de senderos que serpentean a través de claros y áreas boscosas con enebros y pinos marítimos.
Qué ver en Formentera con WeRoad
No podemos esperar a que descubráis el encanto bohemio y tan cool de esta fabulosa isla situada a solo media hora en hidro ala de su hermana mayor Ibiza.
WeRoad propone el tour Formentera Express de 5 días, con emocionantes sesiones de stand up paddle y una visita a Playa de Ses Illetes, Cap de Barbaria, Platja Es Arenals y Calo Des Mort.
También ofrecemos Ibiza y Formentera Sail de 5 días y 4 noches, que antes de navegar hacia Ibiza explora la playa de Ses Illetes, el Faro y el mercadillo hippie de La Mola, en Formentera.