

La capital de Albania es una ciudad dinámica que supo aprovechar la caída del comunismo para transformarse por dentro y por fuera. Sus fachadas hoy lucen llenas de colorido y son un lienzo de arte urbano y cultura. Atrás quedan los días oscuros, pero se pueden recordar y comprender a través de varios museos. Si te preguntas qué ver en Tirana, en esta guía no solo te traemos los sitios imperdibles, sino también algunos menos conocidos, además de recomendaciones útiles para tu viaje.
La plaza Skanderbeg: el corazón histórico y moderno de Tirana
La plaza Skanderbeg es uno de los lugares imprescindibles en Tirana. Tal es su importancia, que las visitas siempre suelen comenzar aquí. Es la plaza principal de la ciudad, tiene forma rectangular y nos habla del pasado comunista que tuvo.
Su principal punto de interés es una estatua ecuestre, que honra al héroe nacional cuyo nombre lleva la plaza. George Kastrioti Skanderberg fue quien consiguió la independencia frente al Imperio otomano en el siglo XV. No obstante, tras su muerte poco después, los turcos llegaron para quedarse algunos siglos.
Como curiosidad, en la plaza había otras dos esculturas. La de los políticos y militares Enver Hoxha y Stalin. Pero con la caída del comunismo en 1991, ambas fueron derribadas durante una manifestación. La de Stalin fue incluso decapitada; una muestra simbólica de que los años de dura represión habían llegado a su fin.
Si quieres conocer toda la historia, a pocos pasos está el Museo Histórico Nacional. Pero también la Torre del reloj; el Palacio de la Cultura, donde está la Ópera; la mezquita Et’hem Bey y edificios institucionales como el Ayuntamiento o el Banco Nacional.

El Bunk’Art 2: historia reciente bajo tierra
El Bunk’Art 2 es, como se puede adivinar, un antiguo búnker convertido en un espacio para las artes. De enormes dimensiones, es uno de los sitios que ver en Tirana más impactantes. Nos permite hacernos una idea del nivel de conflictos que se vivieron durante esa época.
El dictador Enver Hoxha, que era en su momento el gobernador del país, ordenó la construcción de búnkers antibombas por todo el territorio. Cada uno tenía una capacidad para cuatro personas. Servían para protegerse de los bombardeos procedentes de los países vecinos o de los antiguos aliados. Se llegaron a construir más de 700 mil; una cifra que supuso un alto coste para la economía del país y un desgaste para la sociedad.
Finalizada esta etapa, la mayoría se destruyeron o se convirtieron en graneros. Otros, como este o el Bunk’Art 1, que está a poca distancia del teleférico hacia Monte Dajti, pasaron a ser lugares para preservar la memoria de una forma artística.
Si quieres visitarlos, el coste no supera los 6€, pero son varios kilómetros que pueden resultar claustrofóbicos. Las salas y los pasillos se suceden, pero también fotografías, vídeos, objetos y documentos que recuerdan la represión vivida.
La Pirámide de Tirana: arte urbano en constante transformación
Si vas a visitar Tirana en un día, la Pirámide es un monumento que no puede faltar en tu lista. Tras cruzar el río Lana, la tendrás ante ti. No obstante, quizás monumento no sea la palabra idónea. Inicialmente ideado como un mausoleo que mandó construir la hija de Enver Hoxha, tras caer el comunismo, sus usos se expandieron. Emisora de televisión, discoteca, sala de conferencias y hasta base de la OTAN en la guerra de Kosovo.
Hoy es un centro cultural y educativo con espacios de coworking, cafeterías y oficinas. Se utiliza para talleres gratuitos de programación, animación y diseño para jóvenes. Si subes a la parte alta, hay una bonita terraza que hace de mirador. En los alrededores, además de grafitis y esculturas, está el café y museo Komiteti.
El barrio de Blloku: de zona prohibida a epicentro del ocio
El barrio de Blloku es hoy la parte más moderna y atractiva de la ciudad. En su día, fue también la zona más bonita de Tirana; sin embargo, solo para algunos. Durante el régimen comunista, este barrio era una burbuja cerrada que solo era accesible para la élite del Partido. Aquí es donde residía el propio Enver Hoxha. De hecho, su casa sigue en pie, aunque no se puede visitar.
Pero lo sorprendente de este barrio, o tal vez no tanto, es que la población ni siquiera sabía del lujo que aquí se concentraba. Mientras el pueblo vivía entre miseria y pobreza, aquí había todo tipo de comodidades. Pero como es habitual a lo largo y ancho del planeta, solo para unos pocos.
Tras caer el comunismo, el barrio se transformó y es uno de los sitios que ver en Tirana más atractivos. Hay bares de autor, restaurantes de cocina fusión, cafeterías con interiorismo escandinavo y boutiques de diseñadores locales. Lo que un día fue símbolo de exclusión, ahora es sinónimo de vida nocturna y libertad creativa. Para llegar, basta caminar desde la plaza Skanderbeg en dirección suroeste, cruzando el Lana. Si buscas cosas que hacer en Tirana, aprovecha la ocasión y tómate un raki aquí.

El Teleférico de Dajti: vistas y naturaleza a pocos minutos del centro
Para entender la historia de un lugar, a veces hay que mirarla con perspectiva. Para que puedas obtenerla observando desde la distancia, solo tienes que subirte al teleférico de Dajti. Este monte tiene algo más de 1.600 metros de altura y se encuentra en el interior de un parque natural. Es otro de los sitios imprescindibles que ver en Tirana.
Puedes llegar hasta allí en coche, que son unos 20 minutos de trayecto, o en el transporte público. Los autobuses te dejarán en la estación de salida. El recorrido del teleférico son aproximadamente 15 minutos, y disfrutarás de vistas a la ciudad y a los alrededores. En esta zona, también hay rutas de senderismo, miradores y un restaurante giratorio.
El billete de ida y vuelta cuesta unos 8 euros. Y aunque a veces hay cola, la experiencia merece la espera. La cima es un clásico para las escapadas de fin de semana de los locales. Está a poca distancia del centro, pero el paisaje cambia lo suficiente como para olvidarse del caos y desconectar. Es uno de los lugares que se pueden conocer sin alejarse demasiado; descubre otros rincones que ver en Albania más allá de su capital y conoce el país a fondo.
El mercado Pazari i Ri: sabores y colores tradicionales
Si te preguntas qué hacer en Tirana, además de ver monumentos, la respuesta es simple: pasear por sus mercados y llevarse productos típicos del país. Qué mejor lugar para ello que el mercado Pazari i Ri o Mercado Nuevo. Estos espacios suelen ser un lugar de encuentro y de reunión para la gente local. Por tanto, es una forma de acercarte a su cultura, de interactuar y de conocer más sobre sus costumbres.
Para visitarlo, no tendrás que desviarte de la ruta que hayas elegido. Está en pleno centro, a unos 15 minutos como mucho de la plaza Skanderbeg, y cerca de otros monumentos que puedes visitar. Las paradas siempre vienen bien; para descansar y recargar las pilas, o para disfrutar de la gastronomía local, como sería este caso. Hay puestos con todo tipo de productos. Por ejemplo, carnes, pescado, frutas y verduras o pan, pero también artesanía y souvenirs.

La Casa de las Hojas: espionaje y secretos del pasado
La Casa de las Hojas es la versión atractiva de lo que realmente fue este lugar. Sede de la Sigurimi, que era la policía del régimen comunista, fue un espacio para la vigilancia y el control de la población.
Se trata de una bonita villa de estilo austrohúngaro, que desde 2017 funciona como museo dedicado a mostrar el espionaje y la represión de la época. Está justo enfrente del antiguo Hotel Dajti, a cinco minutos caminando desde la plaza Skanderbeg. La entrada cuesta unos 700 lekë, que son unos 6 €. Es uno de los sitios más interesantes que ver en Tirana.
En su interior, las estancias conservan micrófonos ocultos, grabadoras, documentos reales y archivos fotográficos. Todos ellos sirven para enseñarnos cómo se espiaba a la ciudadanía, artistas, clérigos o incluso a otros agentes.
La visita es intensa, pero la presentación está muy cuidada. No verás morbo; es más bien un espacio de memoria y reflexión. En cada sala, las hojas (de papel, no de árboles) cuentan historias tan absurdas como aterradoras. Una vez allí dentro, entenderás por qué tanta gente susurra al hablar del pasado. Es probable que incluso tú sientas que estás siendo observado.
La mezquita Namazgáh: espiritualidad y arquitectura contemporánea
La calle Murat Toptani, que es una de las que más ambiente tienen en la ciudad, te llevará en un paseo hasta el Castillo de Tirana. Se le conoce también como Fortaleza de Justiniano o Kalaja e Tiranës. En realidad son unas ruinas, ya que solo se conserva un trozo de la muralla, cuatro puertas y algunos restos de lo que fueron torres y casas.
Desde aquí, puedes continuar hacia otro de los sitios que ver en Tirana en tu visita. Es la mezquita Namazgáh, una construcción imponente, pero también la más grande de todos los Balcanes. Por eso, también se hace referencia a ella como la Gran Mezquita de Tirana. Consta de cuatro minaretes de 50 metros de alto y casi una infinidad de cúpulas. Una central de 35 metros y otras más pequeñas.
Su financiación corre a cargo de Turquía, y es que el proceso de construcción todavía está a medio hacer. Quizás sea por eso que su estética se parece bastante a la Mezquita Azul que vemos en Estambul.

Arte en la calle: murales y esculturas escondidas
Una vez que has completado la visita a todos los sitios oficiales en una ruta de turismo en la capital de Albania, toca dejarse llevar. Si te gusta el arte urbano, Tirana es un museo al aire libre. Desde los años 2000, y tras cerrar el ciclo comunista, la ciudad ha apostado por el arte urbano como forma de expresión, renovación y crítica social.
El exalcalde Edi Rama, también artista, fue el primero en pintar edificios enteros con colores vivos y formas abstractas. Así se inauguró el inicio de una transformación visual que sigue creciendo. Paseando por la ciudad, te cruzarás con murales gigantescos en fachadas, esculturas absurdas en plazas y grafitis en callejones que cuentan más que muchas guías oficiales.
Si quieres conocer cuáles son los imperdibles, apunta: el mural psicodélico de la calle Kavaja, la escultura del ADN humano en la Rruga e Elbasanit o las paredes intervenidas alrededor de la zona de Pazari i Ri.
Para quienes no quieran perderse nada, hay rutas autoguiadas en Internet. Pero basta con deambular sin rumbo y dejar que vayan apareciendo por cualquier esquina. Muchas obras son colaboraciones con artistas internacionales y cambian cada cierto tiempo. Por tanto, las piezas que ver en Tirana cambian con cada visita.

El Gran Parque de Tirana: relax y actividades al aire libre
Al sur del centro, junto al distrito de Blloku, está el Gran Parque de Tirana. También conocido como el Parque del Lago Artificial, es el pulmón verde de la ciudad. Abarca más de 230 hectáreas, y es un espacio que combina naturaleza, ocio y vida cotidiana.
Su nombre se debe a su lago central, que es el gran protagonista. Está rodeado de senderos que se pueden recorrer a pie, corriendo o montando en bici. Estas últimas se pueden alquilar en varios puntos de la ciudad. Otra forma de descubrirlo es con las barcas a pedales.
Hay bancos bajo los árboles, mesas de picnic, zonas de juegos y hasta gimnasios al aire libre para quienes no pueden pasar un día sin ejercitar la musculatura. Además del paseo junto al agua, en este parque se encuentra el Jardín Botánico, el Zoológico de Tirana y varias cafeterías modernas donde tomar algo mientras disfrutas de las vistas. Los fines de semana, el parque tiene un ambiente más familiar.

Tirana te sorprenderá: descubre la ciudad con otros viajeros
Los sitios que ver en Tirana se pueden recorrer en solo un día. Sin embargo, si realmente quieres conocer su historia y llegar a comprender la profunda transformación que la ciudad y sus habitantes han vivido, te recomendamos quedarte al menos un par de días.
Tirana es una mezcla de historia, cultura y energía local. Y es que vivir circunstancias tan dramáticas, incluso con la suerte de haber podido dejarlas atrás, marca la personalidad de la población.

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