Comidas típicas eslovenas: descubre los platos más tradicionales del país

Comidas típicas eslovenas: descubre los platos más tradicionales del país

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La gastronomía de Eslovenia se podría resumir como un mapa de sabores donde se cruzan los Alpes, el Adriático y los Balcanes. Las comidas típicas eslovenas reflejan la tierra y el clima de la región. Son intensas en invierno, frescas en verano y siempre ligadas a la estación y a los ingredientes que hay disponibles.

En pueblos y montañas, la cocina mantiene su carácter rural, con propuestas locales y recetas que se transmiten de generación a generación con orgullo. Quizás te suenen nombres como la kranjska klobasa, que se considera el plato nacional. Sin embargo, en los menús del país comparte protagonismo con sopas, guisos y postres que cambian según la región. Pero que mantienen la calidad y un sabor que conquista paladares. Si te gusta descubrir la gastronomía local cuando viajas, este país te sorprenderá para bien. 

La jota eslovena: la sopa que define la tradición

La jota es una sopa espesa y ácida que forma parte de las comidas típicas eslovenas. En particular, en las regiones del Karst y la costa. Su base es la col fermentada, también conocido como chucrut o nabo en salmuera, que luego se cuece lentamente con patatas, alubias y carne de cerdo. Por lo general, se usan salchichas ahumadas, costillas o panceta. El sabor que resulta de todo el proceso es intenso, con un punto agrio muy característico. 

Antiguamente, la fermentación era imprescindible para poder conservar los ingredientes durante el invierno. De ahí que la jota se convirtiera en uno de los platos típicos de Eslovenia en el invierno. En la actualidad, se mantiene la receta tradicional, pero en algunos restaurantes se ha modernizado con el uso de embutidos artesanales o con especias como laurel y ajo.

Este plato lo encontrarás con facilidad en trattorias de estilo esloveno-italiano cerca de Koper. También en tabernas del Karst, como Gostilna Mahorčič en Rodik. En Ljubljana, hay locales como Gujžina o Slovenska Hiša que la incluyen en sus menús de invierno. Se sirve bien caliente, acompañada de pan de centeno o una copa de teran, el vino tinto típico de la región. Una comida con sabor auténtico y que resume siglos de ingenio campesino.

Kranjska klobasa: la salchicha más famosa de Eslovenia

La kranjska klobasa no puede faltar en la comida típica eslovena, porque es la salchicha más famosa del país. De hecho, es el símbolo nacional, y procede de la región de Carniola, que se dice Kranjska en esloveno. Es una salchicha curada y ahumada que se prepara con carne de cerdo de alta calidad en un 75% como mínimo, grasa y especias como ajo y pimienta. Se embute en tripa natural y se cuece brevemente antes de ser servida. De este modo, se consigue que se conserve la textura jugosa y el característico sabor ahumado.

Desde 2015, cuenta con la protección de indicación geográfica. Por tanto, solo las que se preparen con el método tradicional podrán llamarse así. Y es que aunque parezca sencilla, su receta es tan precisa que hasta la proporción de grasa tiene que estar regulada. 

A la hora de servirla, te la presentarán caliente y en rodajas, acompañada de pan rústico y una salsa con mostaza y ajo. En algunos locales, se sirve también con žganci, que son una especie de gachas de harina de trigo sarraceno. Se puede probar en muchas gostilnas de Ljubljana, que son las tabernas. Pero si quieres una experiencia auténtica, conviene ir al mercado central de la capital

kranjska klobasa servidas con lechuga, tomate y pasta corta en un plato blanco

Potica: el postre tradicional que no puede faltar en las fiestas

La potica es un rollo de frutos secos y el dulce esloveno por excelencia, presente en prácticamente cualquier mesa durante Pascua y Navidad. Se trata de un pastel enrollado hecho con una masa fina de levadura que se extiende, se rellena y luego se enrolla en espiral antes de hornearse. El relleno más clásico es el de nueces, pero hay variantes con semillas de amapola, estragón, requesón, pasas, avellanas o incluso bacon, según la región.

La forma cilíndrica se consigue porque hay un molde especial para preparar este postre. Se llama potičnica y tiene un agujero en el centro, similar al de un bundt cake. Para conseguir la textura esponjosa, la masa se debe trabajar con mucho cariño. Después, se distribuye el relleno en una capa generosa que garantiza el contraste entre lo dulce y lo tierno de la masa. 

En Ljubljana, se puede probar en pastelerías como Zvezda o Lolita, donde te servirán una buena porción junto al café. También en la zona del monasterio de Stična, donde los monjes elaboran versiones tradicionales. 

Potica: rollos de bizcocho de chocolate y té verde en un plato cuadrado blanco

Žlikrofi: la pasta rellena que conquista al país

Los idrijski žlikrofi son una de las comidas que primero te entrarán por los ojos. Son unos peculiares y pequeños paquetes de masa rellenos que nacieron en la ciudad minera de Idrija, en el oeste de Eslovenia. Ofrecían energía suficiente para realizar trabajos de ese sector. 

Es probable que te recuerden a los raviolis, por su forma de sombrero. Pero el sabor es diferente. Están rellenos de una mezcla cocida de patata, cebolla y panceta o grasa de cerdo, sazonada con mejorana y pimienta. Se preparan a mano, uno por uno, y se cuecen durante poco tiempo en agua antes de servirse.

La tradición dice que se acompañan con una salsa de cordero guisado llamada bakalca. No obstante, también pueden ir con mantequilla fundida o salsas de carne más ligeras. Desde 2010, cuentan con denominación de origen protegida. Así que, como con las salchichas, tendrás una garantía de que son auténticos y de calidad.

Se puede probar en restaurantes de Idrija como Gostilna Pri Škafarju, o en festivales gastronómicos como el Žlikrof Festival, que celebra esta receta local con orgullo. Descubre qué ver en Eslovenia y aprovecha para hacer paradas en las que disfrutar de los puntos de interés, pero también de la gastronomía de Eslovenia

Prekmurska gibanica: un pastel de capas que cuenta historias

Volvemos a la categoría de postres. La prekmurska gibanica es un pastel denso que condensa la tradición de la región de Prekmurje, al noreste de Eslovenia. Su nombre significa algo así como “pastel plegado de Prekmurje”, y su elaboración es casi una obra arquitectónica. 

Se compone de varias capas finas de masa filo intercaladas con cuatro rellenos distintos. Estos son semillas de amapola, requesón, nueces y manzana. Todos se repiten dos veces y se separan por una capa de masa entre cada combinación.

La receta se remonta al siglo XIX y es tan representativa que ha sido reconocida como patrimonio cultural intangible de Eslovenia. Cada capa se extiende a mano y se hornea a temperatura baja para lograr una textura firme, pero jugosa. En cuanto al sabor, lo dulce, lo ácido y lo cremoso se equilibran a la perfección. Lo encontrarás en pastelerías de Murska Sobota o en locales tradicionales como Gostilna Rajh en Bakovci. 

Prekmurska gibanica: tarta de capas con crema y cacao, decorada con sirope de chocolate

Ričet: el guiso de legumbres que reconforta en invierno

El ričet es otro de los platos que tienes que comer en Eslovenia durante tu viaje. Sobre todo, si lo haces en los meses de frío. Es un guiso espeso y muy interesante que combina cebada perlada y alubias con zanahoria, apio, patata y otras hortalizas de raíz. Todas se cuecen lentamente en un caldo que se enriquece con carne ahumada. Como es habitual en el país, con costillas o salchichas. El sabor también sigue la línea del resto de los platos: intenso, pero equilibrado

La cebada, como ingrediente principal, se ha cultivado en Eslovenia desde hace siglos y es la que aporta a este plato su consistencia característica. Como suele suceder, cada región tiene su versión. Las hay más o menos espesas, con o sin tomate, incluso vegetariana. Durante el invierno, es fácil encontrarlo en menús del día en tabernas y cantinas populares. En Ljubljana, hay receta casera en Druga Violina, y en zonas rurales, como Škofja Loka, se acompaña de pan de maíz o encurtidos caseros.

Bujta repa: tradición del noreste con sabor intenso

La bujta repa es uno de los platos más tradicionales del noreste de Eslovenia, como en la región de Prekmurje. La traducción literal es “nabo muerto”, y se refiere tanto a los ingredientes como al momento del año en que se prepara. Esta es durante la temporada de matanza del cerdo, entre noviembre y enero. 

Es una receta rural que combina nabos fermentados, carne y grasa de cerdo, a menudo cabeza, cuello o costillas, y arroz o mijo. Después se cuece todo en una olla durante horas. El sabor es ácido, profundo y ligeramente ahumado, y con una textura densa. 

Hoy en día, no es tan popular en las grandes ciudades, pero siempre hay algún restaurante que lo ofrece. Si quieres entender cómo era la vida rural eslovena, este plato debe figurar entre las comidas a probar. 

Mavželj: el manjar festivo envuelto en tradición

El mavželj es originario de la región de Carniola. Era una receta que se usaba en las celebraciones rurales y, sobre todo, en la época de la matanza del cerdo. Se elabora con carne de la cabeza del cerdo, cerebro incluido, mezclada con especias, pan rallado, cebolla, ajo y, a veces, huevo. La mezcla se envuelve en neto o caul fat, que es la membrana grasa que recubre los órganos del animal. Luego se hornea hasta quedar dorada y crujiente por fuera, tierna y jugosa por dentro.

Aunque no es para todos los gustos por sus ingredientes, no podemos negar su técnica para aprovechar cada parte del animal. Hoy es difícil de encontrar fuera de las cocinas familiares o de eventos gastronómicos dedicados a la cocina antigua. Pero si viajas al interior de Eslovenia, como en las zonas de Dolenjska o en pueblos cercanos a Novo Mesto, podrías encontrarlo. 

Kremšnita: el dulce emblema de Bled

La kremšnita es el símbolo de Bled. Es una tarta de crema que está compuesta por una base de masa de hojaldre, una capa de crema pastelera de vainilla, otra de nata montada y otra hoja de hojaldre por encima. Después, se espolvorea con azúcar glas. La textura es ligera agradable, y el sabor suave. Así que es un postre perfecto para disfrutarlo con un café mientras te deleitas con las vistas al lago. 

Todavía se sirve en el establecimiento donde el chef Ištvan Lukačević perfeccionó la receta, hasta convertirla en un icono. Fue en 1953 en el Hotel Park de Bled. Es, sin duda, uno de los mejores lugares para probarla recién hecha. Pero si no tienes tiempo, también está en cafeterías y pastelerías de todo el país. Pero ten en cuenta que ninguna iguala a la original de Bled. También hay versiones caseras en panaderías locales y en ferias gastronómicas. 

Kremšnita servida en un plato decorativo con copa de champán al fondo

Golaž: el estofado esloveno que calienta el alma

Y terminamos nuestro listado de comidas típicas con el estofado golaž. Es primo hermano del gulash húngaro, pero tiene su propia identidad. Es un guiso espeso que lleva carne de ternera o buey cocinada lentamente con cebolla, ajo, pimentón dulce, tomate y laurel. A veces se le añaden patatas o pimientos, pero la base es siempre la misma. Lo que importa es la cocción larga, porque es la que permite que se concentren los sabores hasta crear una salsa rica, densa y ligeramente picante.

En Eslovenia, el golaž está por todas partes en eventos al aire libre, festivales y comidas familiares. Se sirve caliente, acompañado de pan fresco, polenta o incluso žganci, que son las gachas de harina de trigo sarraceno. También es típico en refugios de montaña, por resultar muy reconfortante después de un día de senderismo o esquí.

Cada región y cada casa tiene su versión, más líquida o más densa, más picante o más suave. En Ljubljana, hay locales como Gujžina o Vodnikov Hram que preparan excelentes variantes, igual que en Maribor o Ptuj.

Golaž húngaro servido en cazuela de barro con perejil, chile y pretzel de acompañamiento

Viajar por Eslovenia a través de sus sabores: una experiencia que va más allá del paladar

Viajar a este país a través de los sabores de las comidas típicas es descubrir un país que cambia de paisaje y receta con cada región. Además de acercarse a una curiosa cultura y contemplar paisajes espectaculares en plena naturaleza, la experiencia se vive mejor cuando visitas tabernas familiares y mercados locales que no aparecen en las guías. 

WeRoad viaje en grupo en Eslovenia

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Team WeRoad
Scritto da Team WeRoad