Madeira… Madeira… ¿Qué pensamos cuando oímos hablar de este lugar? Ante todo, en madera, porque «Madeira» significa esto en portugués. La isla recibió dicho nombre en 1419 ya que estaba cubierta por un bosque impenetrable. Pero, ¿sabéis qué ver en Madeira?
Lo segundo probablemente sea en Cristiano Ronaldo. Sí, la persona más seguida en Instagram y uno de los futbolistas más exitosos nació aquí. Por supuesto, goza de un culto semidivino que se refleja en su estatua en el paseo marítimo de Funchal, la capital.
Pero Madeira es mucho más. Es una isla salvaje, inmensa, que emerge de las aguas del océano, precedida por las dos islotes menores que vienen del este, Deserta Grande y Porto Santo. Una esmeralda incrustada en el azul profundo de las aguas. Tanto si se llega por aire como por mar, el efecto es siempre el mismo: una revelación.
Y si estáis leyendo esto, probablemente ya estéis en proceso de planificar un viaje. En ese caso, el primer paso es responder: ¡qué ver en Madeira!
Situado más al sur y más cerca de la costa africana que las más famosas Azores, este archipiélago es un enorme jardín flotante donde confluyen montañas y playas paradisíacas. Senderismo, relax en la playa y surf pueden alternarse a lo largo del día gracias su clima permanentemente templado. Sus calles apenas están saturadas de turistas, aunque hay muchas cosas que hacer y ver en Madeira.
Para no perderse entre toda esta exuberante naturaleza, hemos elaborado una lista de 5 atracciones que ver en Madeira.
También incluimos comidas que probar y excursiones de las qué enamorarse porque, ya os conocemos, nada como un buen bocado y un buen paseo.
Funchal
En nuestra lista de cosas que ver en Madeira, Funchal es, sin duda, la primera. Es la capital y la ciudad más grande, y debe su pintoresco nombre a una hierba llamada hinojo “funcho”. Ésta es utilizada para hacer los tradicionales dulces de hinojo “rebuçados de funcho” que encontraréis por toda Madeira.
En vuestro día en Funchal, empezad la visita por el Mercado dos Labradores: es el más grande de la isla y se extiende en tres niveles diferentes. Es una de las atracciones más populares de Madeira, que satisfará vuestra vista, olfato y gusto. Lo más destacado del mercado, entre especias, flores, carne y pescado, son las frutas exóticas.
Dejaros tentar por la monstera deliciosa, conocida como la «piña plátano» por el sabor que recuerda a estas dos frutas. O probad la algarroba o «fruta de la pasión plátano» por su aspecto similar al plátano y su sabor a fruta de la pasión.
Continuad hasta el Jardín Botánico de Funchal. Llegad a él en teleférico, donde os espera el primer gran espectáculo natural: una hermosa vista desde lo alto entre los múltiples colores del jardín. Aquí hay más de 3.000 tipos de plantas de muchas zonas de Europa y del mundo.
Desde ahí también podréis regalaros otra experiencia llena de adrenalina: la de bajar con los cestinhos locales. Son grandes cestas de madera y mimbre en las que uno se sienta y son transportadas cuesta abajo unos 2 km hasta el centro de Funchal.
Entrte las cosas que ver en Madeira tampoco os podréis perder uno de los rincones más instagrameables de Madeira: la Ponta do Garajau, uno de los lugares más románticos de la isla. Después de un tramo de escaleras que os llevará al punto más alto, admirad el océano en todo su esplendor. Para una foto de primera, os recomendamos llegar al atardecer.
Pico Ruvio
Pico Ruvio es el pico más alto del territorio y una de las visitas obligadas en Madeira. Es el tercer pico más alto de Portugal y llegar a la cima es alucinante. El panorama y las rutas de senderismo camino arriba os harán soñar gracias a sus paisajes únicos de cascadas y naturaleza.
Pero tranquilos: la ruta es accesible para todos, aunque, como en todas las caminatas con pendiente positiva, puede resultar más agotadora en algunos tramos. El camino más fácil comienza en Achadas do Teixeira y tiene unos 6 km de longitud para unas 3 horas de recorrido. Nuestro consejo es ir temprano por la mañana, casi al amanecer, pues a esta hora encontraréis nubes por toda la montaña que crean un efecto casi mágico.
La belleza del lugar está ligada a la alocada vista que ofrece el pico, pero también a los senderos que conducen a él. Entre ellos destaca el camino entre Pico Ruvio y Pico Arieiro, la tercera montaña más alta de la isla. A menudo se hace referencia a esta ruta como “el sendero más bello de toda Madeira” y su recorrido, según los relatos de muchos excursionistas, lleva unas 5 horas y es fácil distraerse por la hermosura del entorno. En resumen, el sendero merece una parada fotográfica constante para captar los numerosos arroyuelos, rocas volcánicas sombreadas por vetas de lava, picos dentados y muchos tipos de hermosas flores.
Porto Moniz
Otra de las cosas más bonitas que ver en Madeira es Porto Moniz. Muy a menudo, los viajeros lo eligen como destino por sus piscinas naturales. Madeira es de origen volcánico y las piscinas de Porto Moniz tienen su origen en la lava que fluyó tras un pico de actividad hace más de un millón de años y se vertió al mar, acabando por endurecerse y creando sus paredes.
Las piscinas se dividen en dos zonas: una antigua y otra nueva. La parte antigua es más emocionante y natural, y su magia está en una pequeña isla coronada por un faro justo en el centro.
La nueva, en cambio, mezcla lo moderno, con alquiler de hamacas y sombrillas, con varios restaurantes de cocina local de la que hablaremos en un momento. Al norte se puede visitar el Fuerte de São João Baptista, construido en la antigüedad para protegerse de posibles ataques piratas.
Pero lo que vemos hoy es una estructura más actual, resultado de los trabajos (iniciados en 2000) de restauración y reconstrucción de las piezas que faltaban para devolverle su belleza original. Dentro de la fortaleza está el Acuario de Madeira, hogar de mantarrayas, morenas, peces ballesta y muchos otras especies nativas.
Sao Vicente
Otra visita obligada entre las cosas que ver en Madeira es São Vicente. En su peculiar nombre se esconde una interesante historia folclórica.
Al parecer, São Vicente tomó su nombre de los numerosos cuervos que habitaban estas tierras cuando llegaron los primeros colonos. Al observar a estas aves, recordaron la historia del mártir español San Vicente, cuyos restos fueron defendidos del ataque de bestias feroces por un cuervo enviado por Dios. Por este motivo, hoy se puede visitar un altar dedicado al santo en el que se conserva una bella pintura suya.
Es uno de los pueblos más verdes de toda Madeira, pero también se caracteriza por su belleza volcánica modelada por erupciones y por la erosión de las rocas de sus laderas. São Vicente tiene maravillosas cuevas formadas por la erupción de un antiguo volcán. Hoy se pueden visitar y son una oportunidad para hacer un viaje al interior de la tierra y aprender más sobre los eventos volcánicos gracias al «Centro do Vulcanismo».
Éste es un pequeño punto de información donde se puede aprender más sobre la geología de Madeira y los cambios que condujeron a su aspecto actual. Tampoco os perdáis el Jardín de Plantas Indígenas, un amplísimo parque de 2.200 m2 de superficie con decenas de especies de vegetación local.
Cámara de Lobos
Câmara de Lobos es otro lugar de la lista de visitas obligadas de Madeira. Se trata de un pequeño pueblo de pescadores, aparentemente congelado en el tiempo con coloridas embarcaciones amarradas en el puerto.
Esta localidad costera fue uno de los primeros asentamientos de colonos en Madeira, por lo que aún conserva muchas plazas e iglesias del siglo XV, como la Capela De Nossa Senhora Da Conceição. Es la más antigua de la isla, según los lugareños, y fue construida en 1420 por orden de João Gonçalves Zarco. El techo y las paredes de esta iglesia están decorados con frescos de la vida de San Antonio.
No es una coincidencia: es el patrón de los marineros y, en consecuencia, los pescadores portugueses acuden aquí a rezar antes de zarpar al mar. Pero el encanto de Câmara de Lobos no procede tanto de su historia sino de su entorno: el paisaje expresa una especie de inquietud, formado por altos acantilados en medio del litoral, profundas simas en el suelo y majestuosas montañas en la parte central.
Aquí es posible realizar una de las actividades más típicas de Madeira: la levada, o un paseo por la naturaleza. Es posible hacer la Levada Do Norte, que va desde Ribeira Brava hasta Cabo Girão. La principal característica de las levadas es que son únicas en cada isla y ofrecen paisajes impresionantes. En este caso, los canales de agua serpentean por el bosque de laurisilva para regar las plantaciones en un recorrido de casi 12,5 km.
Porto Santo
El archipiélago de Madeira está formado también por los grupos de islotes Ilhas Desertas, Ilhas Selvagens y Porto Santo.
Esta última es una de las islas más pequeñas y de las más fascinantes, aunque muy diferente de la propia Madeira. Es menos verde y más árida, pero cuenta con una de las playas más bellas de Madeira y también de Europa: la larguísima franja de arena que se extiende desde Ponta da Calheta y termina en el norte con el Club Náutico de Porto Santo. Está situada en el lado sur y disfruta constantemente de un clima maravilloso, incluso en invierno.
No hay que perderse en Porto Santo la Casa de Colón, hoy convertida en museo. Fue aquí donde el navegante genovés se casó y vivió durante varios años. En su casa-museo se pueden revivir las conquistas portuguesas del pasado. También aprenderéis más sobre la historia de la navegación y los instrumentos con mapas de la época. Hay retratos y obras de arte relacionadas con Cristóbal Colón y su vida.
Uno de los monumentos más bellos de Porto Santo que no debe faltar en vuestra lista de cosas que ver en Madeira es el Miradouro da Portela, uno de los miradores más famosos de la isla. Si compráis recuerdos aquí, casi siempre lo encontraréis pintado o grabado en tazas, llaveros y vasos. La característica principal de este lugar son los moinhos de vento, o molinos de viento, uno de los iconos de Porto Santo.
Excursiones Madeira: las mejores
Hemos hablado de las principales ciudades y pueblos de Madeira en nuestra lista de cosas que ver, pero realmente hay mucho que hacer aquí en cuanto a excursiones por sus numerosos parajes, senderos y caminatas.
La primera que os recomendamos es la ruta a la Vereda da Ponta de São Lourenço, de las más clásicas y una gran experiencia que proporcionará muchas fotos envidiables de los mares siempre inquietos y en movimiento al norte del territorio.
Entre los miradores imprescindibles de Madeira, os recomendamos el de Cabo Girão. Es una de las atracciones más bellas de Portugal: un mirador situado en el promontorio más alto, no sólo del país, sino de toda Europa, a 580 m sobre el nivel del mar. En los últimos años se ha renovado y se ha añadido una pequeña parte de cristal llamada “skywalk”, que hace que el lugar sea aún más único. La vista desde aquí es una locura y ofrece una panorámica de las aguas, de la Câmara de Lobos y de la ciudad de Funchal.
Una última pequeña excursión que hacer en Madeira y que recomendamos es Ponta do Pargo. Está situada al oeste y a 312 metros de altitud con una emocionante vista del océano y del paisaje que se extiende desde el faro de Ponta do Pargo hasta Achadas da Cruz. Uno de los lugares más bellos para fotografiar desde aquí es el faro.
Qué comer
Como hemos visto, no faltan atractivos en Madeira, pero una parte integral de la experiencia isleña es su gastronomía. He aquí una lista de platos que no pueden faltar en vuestra mesa:
Espetada da Madeira: el plato más típico. Es una brocheta de carne servida con ramas de laurel, otras especias y con un plato de pan debajo, que absorbe toda la salsa que suelta la carne.
Bolo de caco: será uno de los panes más sabrosos que probaréis en vuestra vida. Se hornea tradicionalmente en una piedra de basalto llamada «caco» y os recomendamos que probéis el de mantequilla y hierbas, el más típico y popular entre los turistas.
Pescado servido con plátano: también es uno de los platos principales madeirenses. Aunque parezca una combinación extraña, es un plato delicioso.
Picado de Madeira: es un plato de ternera servido con aceitunas y verduras, pero rodeado de patatas fritas.
Cozido madeirense: un guiso de cerdo, boniato, arroz y verduras, perfecto para los estómagos más enérgicos.
Bolo de mel: un postre imprescindible. Es un pastel elaborado con azúcar moreno y miel, nueces, almendras y pasas sultanas.
Para acompañar los platos no puede faltar un buen vino. En Madeira, la elección del vino es muy fácil dada la excelencia de los productos locales. Hay varias marcas que podréis probar, por lo que os recomendamos Blandy’s y Cossart Gordon. Pero, cuidado, su graduación alcohólica suele rondar los 20°, mucho más fuerte de lo que estamos acostumbrados a beber en una comida.
Qué hacer en Madeira en 7 días
Si os preguntáis cuándo ir a Madeira, la respuesta es fácil: ¡siempre! En la isla el clima es siempre templado y, por lo tanto, cualquier momento es el adecuado para reservar vuelo.
En WeRoad nos encargamos de encontrar a vuestros compañeros de viaje. Para ayudaros a descubrir la naturaleza a través del trekking y el senderismo, hemos ideado un itinerario de 360°, que os permitirá dejar atrás vuestros pensamientos y ¡disfrutar de este maravilloso jardín atlántico! Durante los 8 días (y 7 noches) que dura el recorrido, conoceréis todos los lugares de los que os hemos hablado de naturaleza exuberante y playas acogedoras.
También pasaréis un día haciendo senderismo hasta el Pico Ruivo, conoceréis el centro volcánico de São Vicente y os relajaréis en las piscinas naturales de Porto Moniz.
¿Estáis listos para descubrir Madeira?¡Preparad la mochila y el calzado cómodo! Y si queréis saber más sobre Portugal, ¡no os perdáis nuestra guía!