

Rumanía es un destino que suele sorprender para bien. Entre los Cárpatos, se esconden castillos envueltos en leyendas, iglesias pintadas que desafían al paso del tiempo y pueblos que se niegan a abandonar sus tradiciones. Bucarest es una ciudad viva, que mantiene sus elegantes calles con aires parisinos. Y en la otra cara, están las aldeas de Maramureș, con casas como las de los cuentos y un ritmo de vida tranquilo.
Este país del este de Europa combina su pasado medieval con la modernidad actual. Pero también la naturaleza salvaje con una hospitalidad genuina. Si alguna vez soñaste con recorrer fortalezas que inspiraron mitos, explorar ciudades que se alejan de la tendencia europea o perderte en un remanso de paz en plena naturaleza, estás en el lugar correcto.
Aquí tienes la guía definitiva con los lugares imprescindibles de Rumanía. Una experiencia tan inesperada como inolvidable.
Bucarest: la vibrante capital y su encanto oculto
A primera vista, Bucarest no suele impresionar. Pero hay que ser capaces de mirar un poco más allá para descubrir su encanto. Su arquitectura comunista impone y determina la primera impresión de la ciudad. Un ejemplo es el gigantesco Palacio del Parlamento, que es el segundo edificio administrativo más grande del mundo, después del Pentágono. Pero aunque el mármol y el hormigón están muy presentes, la ciudad combina varios estilos.
El casco antiguo, conocido como Lipscani, es la zona más animada. Las calles son empedradas, siempre suele haber gente en las terrazas y las fachadas conservan todavía el aire de la Belle Époque. Por si no lo sabías, a Bucarest se le solía llamar la “París del Este”. Si te gusta la arquitectura, aprovecha para descubrir las incontables iglesias ortodoxas, como el Monasterio Stavropoleos y su tranquilo patio escondido. O los pasajes secretos, como el Macca-Vilacrosse, que es un túnel cubierto de vidrio con cafés y shishas que parecen de otra época.
La Plaza de la Revolución es clave, porque aquí comenzó la caída del régimen comunista. A un paso de allí, se encuentran los museos donde podrás conocer toda la historia. Y para procesar la información, nada como una parada en los bares y clubes cercanos. La vida nocturna en Bucarest es una de las más activas del este europeo.
Si buscas rincones menos turísticos que explorar en Bucarest, no te pierdas el parque Herăstrău, las galerías de arte independientes o sus cafeterías de especialidad, que podrían estar en Berlín o Copenhague.

Transilvania: castillos de leyenda y ciudades medievales
Transilvania tiene muchísima historia y es, sin duda, una de las regiones imprescindibles del país. Allí todo parece de película: castillos envueltos en niebla, torres medievales y pueblos anclados en el tiempo, con las imponentes montañas de fondo.
El lugar más popular es el Castillo de Bran, conocido mundialmente como el Castillo de Drácula. Aunque su relación con Vlad el Empalador es más marketing que historia, su estética gótica inspiró a Bram Stoker. A pocos kilómetros, se encuentra el Castillo de Peleș, una lujosa residencia real de finales del siglo XIX que compensa su falta de misterio con una decoración espectacular.
Pero los atractivos de Transilvania no acaban en los castillos. Las ciudades medievales de Transilvania merecen su propio viaje. Ciudades como Brașov, con su impresionante Iglesia Negra, o Sighișoara, declarada Patrimonio de la Humanidad y cuna de Vlad el Empalador, merecen un viaje por sí solas. Y no te olvides de Sibiu, Capital Europea de la Cultura en 2007, con su vibrante agenda cultural y sus famosos tejados con “ojos”. Para más detalles, descubre qué ver en Transilvania.

Monasterios de Bucovina: joyas pintadas de la ortodoxia
La región de Bucovina, al noreste, es otra de las joyas por descubrir en Rumanía. Es conocida porque aquí están los llamados monasterios pintados, que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Son construcciones ortodoxas con un alto valor religioso. Pero lo que realmente cautiva son los impresionantes frescos exteriores que cubren muros, ábsides y fachadas. Son lienzos al aire libre que, por suerte, están resistiendo al paso del tiempo y al clima húmedo de la zona. Y es que además de como centros de oración, fueron ideados como instrumentos visuales de enseñanza religiosa y afirmación cultural frente a las amenazas otomanas.
El más famoso es el monasterio de Voroneț. Se fundó en 1488 y es de un color azul intenso, que se conoce como azul de Voroneț. Sus lienzos muestran escenas bíblicas con un nivel de detalle tan impresionante que se ha ganado el apodo de la Capilla Sixtina del Este. El Juicio Final, representado en la fachada occidental, es la gran atracción, con ángeles, demonios, mártires y pecadores luchando por sus almas.
Otros imprescindibles son Sucevița, con su Escalera de las Virtudes; Moldovița, con sus tonos ocres; y el monasterio de Humor, más modesto pero igualmente fascinante.

La carretera Transfăgărășan: una obra maestra de la ingeniería y la naturaleza
Si te preguntas qué más puedes hacer en este país, la Transfăgărășan es una de las mejores experiencias en Rumanía. Esta carretera serpenteante atraviesa los Cárpatos y fue bautizada por Top Gear como “la mejor carretera del mundo”. Construida por motivos estratégicos durante la dictadura de Ceaușescu, hoy es un imán para aventureros.
Su recorrido abarca más de 150 kilómetros, que discurren entre Curtea de Argeș y Sibiu. El paisaje va cambiando con tanta frecuencia, que da la sensación de que son decorados. Hay túneles, curvas increíblemente cerradas, tramos empinados, presas y cascadas.
Pero si ahora estás pensando en si se trata de recorrer toda esa distancia de lado a lado sin parar, esa no es la idea. Hay que hacer un alto en el camino en el Lago Bâlea, que además de en esta carretera, es uno de los sitios más espectaculares que ver en Rumanía. Es un glaciar de altura rodeado por picos afilados y aire puro que corta el aliento.
Aquí también puedes probar la curiosa experiencia de dormir en un hotel de hielo. Aunque para eso, tendrás que ir en invierno. Solo que llegarás en teleférico desde la zona de Bâlea Cascadă. La carretera cierra entre noviembre y junio por las condiciones extremas.
Otra parada obligatoria es la Ciudadela de Poenari. Es mucho menos turística que Bran, pero con mucha más relación con el auténtico Vlad Tepes. Quizás porque tiene premio. Si quieres disfrutar de las vistas, hay que subir más de 1.400 escalones.
La mejor época para recorrer la carretera es entre finales de junio y principios de octubre. Temperaturas agradables, ni rastro de nieve y los lagos no se han congelado aún. Es una de las experiencias más intensas que puedes vivir si estás buscando sitios que visitar en Rumanía con una dosis extra de adrenalina.

Maramureș: tradición viva y paisajes rurales auténticos
Un viaje a Rumanía no está completo sin conocer su alma rural. En el extremo norte, Maramureș conserva una esencia difícil de encontrar en otros lugares de Europa. La vida sigue el ritmo de las estaciones y las tradiciones ancestrales.
Sus iglesias de madera, Patrimonio de la Humanidad, son otro de los tesoros arquitectónicos del país. Construidas sin clavos, encajan a la perfección en el paisaje montañoso. En pueblos como Breb o Bârsana, no es raro ver carros tirados por caballos y gente con trajes tradicionales. Uno de los lugares más curiosos es el Cementerio Alegre de Săpânța, donde lápidas de colores vivos narran con humor la vida de los difuntos. Si buscas descubrir la cultura local lejos de lo turístico, este es tu sitio.
El delta del Danubio: un paraíso natural por descubrir
Donde el Danubio se encuentra con el Mar Negro, se forma un laberinto de canales, lagunas y bosques que es otro de los paraísos naturales que explorar en Rumanía. Declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, su biodiversidad es espectacular.
Es el lugar perfecto para el avistamiento de aves, con más de 300 especies, incluyendo pelícanos y garzas. Un paseo en barca por sus canales silenciosos, comiendo pescado fresco en pueblos flotantes como Mila 23, es una experiencia de desconexión total. Es la Rumanía más salvaje y remota.
Sibiu: una ciudad con encanto y un vibrante calendario cultural
Aunque es parte de Transilvania, Sibiu merece una mención aparte. Es una de las ciudades con más encanto de Rumanía. Tiene plazas empedradas, como la amplia Piața Mare o la acogedora Piața Mică, invitan a pasear sin prisa entre fachadas de color pastel y arcadas medievales. Cada rincón es como una foto de un cuento, con sus tejados que te observan, calles adoquinadas y tiendas artesanales que conservan el sabor local.
Uno de los lugares más fotografiados es el Puente de las Mentiras. Es una pasarela de hierro forjado rodeada de leyendas. Se dice que si mientes al cruzarlo, cruje. Puedes hacer la prueba, o simplemente atravesarlo las veces que quieras sin más razón que esa. También destaca la Catedral Evangélica y las vistas desde su torre, que te mostrarán el casco histórico desde lo alto.
Pero más allá de su belleza, Sibiu es un hervidero cultural. Desde que fue Capital Europea de la Cultura en 2007, su calendario está repleto de festivales de teatro, jazz, gastronomía y cine.

Rumanía te espera: un viaje inolvidable te aguarda
Rumanía es una sorpresa continua. Castillos de leyenda, monasterios que cuentan historias, ciudades vibrantes y paisajes que parecen suspendidos en el tiempo. En cada región, vivirás una experiencia distinta. Tanto si buscas dinamismo urbano, naturaleza salvaje o pueblos que te conecten con el pasado, lo encontrarás entre los diversos tesoros que ofrece Rumanía.

Si buscas un viaje que combine cultura, naturaleza y momentos auténticos lejos de las rutas más trilladas, este rincón del este de Europa lo tiene todo. Y lo mejor de todo es que aún conserva ese aire de descubrimiento que pocos destinos pueden ofrecer hoy. Es hora de dejar de imaginarlo y vivirlo. Descubre nuestro viaje organizado de grupo a Rumanía y únete a una aventura inolvidable.