Si estáis leyendo este artículo probablemente estéis buscando un destino europeo para vuestro próximo viaje. ¿Creéis que ya has visitado todas las capitales más hermosas? Os equivocáis, puede que os falte ver Tallin, la perla del Báltico.

Pues sí, yendo al norte no solo están Islandia y la aurora boreal, como se ve en las redes sociales. Estonia, bañada al noroeste por el Mar Báltico, está llena de historia y de innovación. Su capital, Tallin, representa muy bien esta combinación. De hecho, la ciudad está dividida en dos partes: la antigua, donde encontraréis el palacio Kadriorg y la catedral de Alexander Nevsky, y la moderna y creativa de Telliskivi.

Esta urbe es como una gran villa medieval que ha permanecido inalterada a lo largo de los siglos: iglesias y edificios con tejados rojos, calles antiguas y tiendas de artesanos. Subiendo la colina de Toompea, que domina toda la ciudad desde arriba, podéis sumergiros en el pasado de Tallin y visitar el castillo-parlamento y la cercana Catedral de Toompea. La belleza de esta ciudad también radica en que está a escala humana. No es demasiado grande y podréis recorrerla en dos días,aunque hay muchas cosas que ver en ella.

En resumen, Tallin es quizás un destino inusual y, por lo tanto, ¡lo elegimos para esto! Nada de viajes estereotipados, descubre con nosotros qué ver en Tallin.

Catedral de Alejandro Nevski

¿Qué ver en Tallin? No podemos dejar de incluir la catedral de Alexander Nevsky en nuestro itinerario. Como mencionamos, está ubicada en la cima de Toompea Hill y no es una casualidad.

Esta hermosa iglesia ortodoxa fue encargada por el zar Alejandro II para afirmar la hegemonía rusa en Estonia. Podéis entender esto fácilmente, observando el estilo arquitectónico de la catedral que asemeja, según la tradición rusa, el uso de cúpulas de cebolla y el color rojo. La belleza de la estructura continúa en el interior, gracias a los maravillosos mosaicos y a una vasta colección de íconos religiosos.

Por su historia, la catedral de Aleksander Nevsky no es muy querida por los ciudadanos, porque recuerda un momento oscuro de la historia de Estonia. Pero, ¿queremos negar su belleza? En nuestra opinión no, por eso merece estar en la lista de cosas que ver en Tallin.

cúpulas de la catedral de aleksandr nevskij en tallin - weroad

La farmacia Raeapteek

Esta es una de las cosas que definitivamente tenéis que visitar en Tallin: la farmacia Raeapteek. Ciertamente no queremos traeros mala suerte hablando de dolencias, pero os llevamos a uno de los lugares más icónicos de toda la ciudad.

¡Es la farmacia municipal más antigua de Europa! ¡Y todavía en funcionamiento! Desde aproximadamente 1422, este lugar ha visto guerras, pestes y ha curado a todo tipo de personas, incluso a un zar. De hecho, uno de sus directores históricos, Johann Buchart VI, fue convocado junto al lecho del zar Pedro el Grande en San Petersburgo.

Dentro de la farmacia hay un pequeño museo donde podéis ver algunos compuestos médicos antiguos realmente extraños (y perfectos para Halloween, agregaría) como polvo de murciélago, pociones de serpiente y jugo de momia. En definitiva, será una inmersión en la Edad Media y en la historia, de eso no hay duda.

edificio de la farmacia raeapteek en medio de otros edificios que ver en tallin - weroad

Telliskivi

¿Os preguntáis qué ver en Tallin después de vivir el pasado de la capital? Ahora es absolutamente necesario que veáis su lado creativo.

El distrito de Telliskivi es muy nuevo y nace de una remodelación urbana de las últimas décadas. Esta zona estaba dedicada a la actividad industrial y, por lo tanto, llena de almacenes y complejos que fueron abandonados lentamente. Ahora se han convertido en hogar de hermosos restaurantes y bares, verdaderos lienzos para artistas que han decorado las fachadas con bellos murales.

Un paseo por este barrio te aportará toda la vitalidad y creatividad de una ciudad moderna, a pesar de estar en una capital completamente medieval y antigua. En definitiva, podríamos comparar Telliskivi con el Camden Town de Londres: icónico, colorido y lleno de vida. Todo lo anterior ha convertido a este distrito en una de las cosas que ver en Tallin.

murales en telliskivi - weroad

Vía Vene y Pikk Tanav

Hablando de paseos, hay otros dos itinerarios que no te os podéis perder si decidís visitar Tallin. Volvamos a la ciudad vieja y descubramos las dos calles más antiguas de la capital estonia: calle Vene y Pikk Tanav.

La calle Vene es famosa por ser la vía donde los comerciantes rusos se reunían para regatear y realizar sus negocios. Hoy es apreciada por su patrimonio arquitectónico del medievo y por las numerosas tiendas de artesanía. Aquí seguro encontraréis el souvenir perfecto para vuestro viaje. Por último, no os perdáis el paso de Santa Caterina, el Katariina käik. Esta callejuela está hecha completamente de piedra y es uno de los lugares más evocadores del centro histórico.

Pikk Tanav es quizás la calle más distintiva de Tallin. Además de ser la más larga de la ciudad, en esta ruta podéis subir andando a la colina de Toompea. Aparte de ser muy bella, es apreciada por los turistas por sus numerosos edificios históricos que en el pasado fueron sede de los gremios de trabajadores de diversas profesiones. En el número 71 se puede visitar la hermandad de la Casa de los Cabezas Negras. Curioso, ¿no?

mujer y niña caminando en una calle antigua de tallin - weroad

Palacio Kadriorg

Ya hemos hablado de lo mucho que los zares rusos dejaron su huella en esta ciudad, pero hay que decir que fue el veneciano Nicola Michetti quien diseñó el espléndido palacio barroco en 1736 que es el Palacio Kadriorg.

Fue Pedro el Grande quien ordenó su construcción para dar a su esposa Catalina una residencia de verano (se dice, sin embargo, que a la dama no le gustaba mucho el palacio). Kadriorg, por lo tanto, pronto cayó en desuso, pero hoy sigue siendo uno de los lugares más representativos de Tallin. En su interior encontramos la Colección de Arte Extranjero del Museo de Arte de Estonia y, adentrándonos en el parque a su alrededor, llamado ‘el valle de Catalina’, también es posible visitar la Colección de Arte de Estonia, en otro edificio.

palacio de kadriorg visto frontalmente, de noche - weroad

La plaza del ayuntamiento de Tallin

Ciudad a la que vas, plaza que encuentras. ¿No era ese el dicho? Tal vez no, pero seamos realistas, cada ciudad tiene su propia plaza especial. En el caso de Tallin estamos hablando de Raekoja Plats, la Plaza del Ayuntamiento.

Situada en el corazón del casco antiguo, en la parte baja de la ciudad, Raekoja Plats es el símbolo de Tallin. Basta pensar que, debido a su perfecta conservación de la estructura urbana medieval, está bajo la protección de la UNESCO desde 1997. Como toda explanada que se aprecie, aquí se organizan todos los eventos de la ciudad y se celebran los famosos mercados artesanales.

El Ayuntamiento que preside la plaza también es único en su género: es el único ayuntamiento de Europa de estilo gótico, completo con una torre del siglo XVII. Si no sabéis cuándo ir a Tallin, os recomendamos la época navideña o de nochevieja. Sí, porque en esta espléndida locación tiene lugar uno de los mercados más bonitos de Europa en estas fechas. Se cree que fue el hermoso árbol decorado de Tallin el que inició la tradición de los árboles de Navidad en las plazas de Europa.

plaza del ayutamiento de tallin, gente paseando entre las terrazas de bares - weroad

Castillo y Catedral de Toompea

Toompea es el cerro que alberga el llamado ‘pueblo alto’. No hace falta decir que la vista de Tallin y el mar Báltico desde aquí es impresionante.

Podéis llegar a la colina por medio de transporte (Tallin tiene infraestructuras realmente eficientes), o caminar por algunas de las calles antiguas mencionadas anteriormente. Una de las cosas más llamativas es el castillo medieval de Toompea que, curiosamente, es también la sede del Parlamento de Estonia. Se trata de un edificio de estilo barroco al que, a pesar de su importantísima función institucional, se puede entrar a visitar. Definitivamente una de las cosas que ver en Tallin.

¿Recordáis la Catedral Ortodoxa de Alexander Nevsky en esta colina? Pues aquí también podéis visitar la luterana, la Catedral de Toompea. Nada que ver con el brillo de estilo moscovita del primero y, de hecho, es completamente blanca. ¿El único toque de color? El campanario negro. En el interior hay un hermoso órgano de 1878 y varias tumbas de piedra con los escudos de armas de familias alemanas y bálticas.

castillo de toompea en tallin, arboles y al fondo la ciudad - weroad

Qué comer en Tallin

Pasemos a lo que todos pensamos cuando nos vamos de viaje: ¿quién sabe qué comer en Tallin? Sabemos que, sin engañarnos demasiado, los españoles viajamos aunque sea solo para degustar la cocina típica, como buenos sibaritas. Y así, sin culpa, veamos cómo podéis olvidar por unos días vuestra dieta en Tallin.

Digamos que los platos de los países fríos, en su mayoría, son sopas o platos individuales en los que es difícil entender lo que realmente se está comiendo. Pero estamos aquí a propósito para entenderlo. Recordemos que nos encontramos en el Mar Báltico, por lo que en Tallin podéis degustar pescado con tocino ,Silgusoust,o picada de anguila marinada, Marineeritud angryja . Pero la carne está muy presente en la cocina estonia y por eso debéis probar el Mulgikapsad, el típico estofado de chucrut y cerdo con guarniciones de patatas hervidas, o el cerdo hervido en gelatina, el Sült.

Seguramente encontraréis el plato adecuado para vosotros y ¡siempre os quedará el Vana Tallinn, un licor que os ayudará a digerir!

Tallin es una capital europea verdaderamente impresionante y tiene un encanto del que las ciudades modernas nunca gozarán. Poder pasear por las calles de un gigantesco pueblo medieval y aún respirar su autenticidad, después de siglos y siglos, parece pura magia. Estonia tiene una historia turbulenta y muchas anécdotas ocultas por desvelar. Su capital conserva de manera preciosa cada tradición y memoria.

Ya sea en una iglesia ortodoxa o en el palacio de un zar, os sentiréis bienvenidos y al mismo tiempo en un plató de cine. La plaza del ayuntamiento y las calles medievales con sus hermosos mercados, así como la maravillosa vista sobre el mar Báltico desde la colina de Toompea se quedarán en vuestro corazón. Hay tantas cosas que ver en Tallinn, en Estonia, pero aquí podéis visitar todo con calma y sin ningún frenesí.

Esta ciudad es verdaderamente una perla, como se define. Solo tenéis que descubrir una última cosa: desde aquí, con un recorrido en ferry, podéis llegar a Helsinki y ¡continuar vuestro viaje por el norte de Europa! WeRoad os lleva allí también, consultad el itinerario por las Capitales de las repúblicas bálticas (si queréis saber más sobre Vilna, la capital de Lituania, hemos escrito un artículo, y aquí podrás leer más sobre Riga, captial de Letonia).

Belén Maviglia
Scritto da Belén Maviglia