¿Sois admiradores del Art Nouveau, el estilo que en nuestro país llamamos modernismo? ¿Os sentís fatalmente atraídos por el encanto centroeuropeo que caracteriza a ciudades como Viena, Praga y Budapest? Entonces, amigos, urge que visitéis la región histórica de Transilvania, una tierra que nuestro imaginario asocia inmediatamente con el Conde Drácula, Nosferatu y atmósferas tenebrosas. Pero ¿qué hay que ver en Transilvania?
En esta fascinante región en los Cárpatos, en la parte centro-occidental de la actual Rumanía, se han sucedido magiares, sículos, sajones y turcos. Un mosaico tan variado de civilizaciones ha dejado huellas en la cultura, arquitectura y gastronomía que será interesante descubrir.
Dónde está Transilvania
Transilvania se encuentra en la zona central de Rumanía y es un territorio formado por 16 distritos repartidos en una superficie que ocupa más de 106.000 km². La forma más rápida para llegar desde España es aterrizando en los aeropuertos de Tirgu Mures (TGM) o el de Cluj-Napoca.
Cómo ir de Bucarest a Transilvania
Otra alternativa es volar a Bucarest y después moverse con un medio de transporte de tierra para llegar a Transilvania. El viaje no es corto porqué requiere 7.5 horas en bus o 9 en tren.
Transfăgărășan
Cuando se construyó en los años setenta, la carretera Transfăgărășan, en la Transilvania meridional, fue ridiculizada y considerada otro proyecto megalómano de Nicolae Ceaușescu. Ahora es universalmente una de las carreteras más bellas del mundo, con sus 152 kilómetros de serpenteantes curvas y empinadas subidas que conectan Transilvania y Muntenia a través de reservas naturales. Su punto culminante es el lago glaciar Bâlea, a menudo envuelto en nubes.
Castillos de Transilvania
En Alemania hay la Burgenstraße, o calle de los castillos, un sugestivo itinerario turístico que conduce hasta la República Checa. Transilvania no se queda atrás. Esta tierra tiene castillos de gran encanto, considerados entre los más bellos de Europa.
Castillo de Bran
Una altura rocosa aislada rodeada por las cimas dentadas de los Cárpatos meridionales. Una niebla densa como el orzata. Murciélagos que revolotean. Solo falta el aullido de algún lobo en la distancia. En el municipio de Bran, en la frontera entre Transilvania y Valaquia, se alza el castillo homónimo, identificado como el castillo de Drácula.
Este conjunto de torres y torreones puntiagudos en estilo gótico medieval ha saltado a la fama, más que por los eventos históricos realmente ocurridos, por la representación que de él hizo el escritor irlandés Bram Stoker en su célebre novela Drácula. Se le relaciona con las leyendas centroeuropeas sobre vampiros que ya habían inspirado a otros contemporáneos suyos, como John Polidori, el joven médico personal de lord Byron.
Antiguamente una guarnición fronteriza y aduana en la frontera entre Valaquia y el imperio austrohúngaro, hoy es la sede del museo de arte feudal, con escudos, frescos, armaduras, estatuas de madera y muebles antiguos.
Parece que fue la inaudita crueldad exhibida durante el reinado del príncipe rumano Vlad Drăculea, tres veces voivoda de Valaquia, lo que inspiró el personaje primero literario y luego cinematográfico del conde vampiro de la novela de Stoker. Venerado como héroe popular en Rumanía por haber liberado al pueblo de los turcos en 1463, el sádico Vlad III de Valaquia, más conocido como el Empalador por sus no precisamente cordiales hábitos en el trato con los enemigos, parece haber pasado un breve período en el castillo de Bran. El halo de misterio flota entre sus paredes gracias a sus características góticas y al laberinto de patios, pasadizos y rincones oscuros de este castillo. En resumen, si os gusta el misterio, este lugar no puede faltar en vuestra lista de cosas que ver en Transilvania.
Castillo de Peleș
El Castelul Peleș, de estilo neorrenacentista alemán, se encuentra a lo largo de una antigua ruta medieval que conectaba Transilvania y Valaquia, a unos 100 kilómetros al noroeste de Bucarest. Fue construido por los alemanes en la ciudad de Sinaia, en el distrito de Prahova, entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Esta majestuosa residencia real cuenta con frescos realizados por los hermanos Klimt, muebles en estilo Luis XIV, una colección de 4.000 armas en estilo colonial y lujosos ambientes con decoraciones en estilo veneciano, morisco y turco. El castillo fue sede de la primera proyección cinematográfica rumana.
Castelul Corvinilor
Continuamos nuestro viaje sobre qué ver en Transilvania. En el corazón de la región, a medio camino entre Timisoara y Cluj Napoca, está Hunedoara, una ciudad estupenda, poco distante del lago Cinciș, uno de los más grandes de Transilvania.
Dirigiéndoos hacia el norte notaréis una fortaleza gótica del siglo XV, que en cuanto a atmósferas de película de terror bien compite con el castillo de Bran. Es el Castelul Corvinilor, uno de los castillos más imponentes de Rumanía, en la colina de San Pedro, dominando el río Zlaşti. El príncipe Vlad voivoda de Valaquia, parece, fue prisionero aquí en los años siguientes a su captura en 1462.
El edificio fue luego transformado en formas renacentistas por Matías el Justo, rey de Hungría y Bohemia y duque de Austria. Posteriormente fue barroquizado por Gabriel Bethlen, príncipe de Transilvania, duque de Opole y líder de la insurrección anti-Habsburgo en la Hungría Real.
El Castelul Corvinilor tiene la particularidad de estar separado de la tierra firme por un curso de agua que hace posible el acceso solo a través del paso de un largo puente levadizo. El interior es tendencialmente despojado, pero parece que hay espacios subterráneos habilitados como salas de tortura.
Pueblos sajones, aldeas medievales e iglesias fortificadas
En el milenio a los sajones alemanes se les ofrecieron tierras por estas partes por el rey de Hungría a cambio de apoyo militar contra posibles incursiones de turcos y tártaros. Fueron muchos los que se establecieron en Transilvania, dando vida a florecientes ciudades comerciales y centros culturales que prosperaron y se ampliaron a lo largo de los siglos.
Herencia de la arquitectura sajona son las murallas de piedra, típicas de las ciudades alto-alemanas, las torres de vigilancia y las imponentes iglesias fortificadas. Una mención merece la iglesia de Biertan, pero sería imperdonable no visitar también la de Viscri.
Sibiu
Sibiu, capital europea de la cultura en 2007, es una joya que vale la pena descubrir y entre las que ver en Transilvania. Dividida entre ciudad alta y ciudad baja, Sibiu se caracteriza por un continuo sube y baja de calles flanqueadas por edificios con los característicos techos a dos aguas, que evocan en todo y por toda la atmósfera de las ciudades del este de Alemania.
En la ciudad alta veréis la fabulosa Piața Mare –o Plaza Grande–, eje central del comercio y la vida social desde el siglo XV. En ella se asoman viviendas de fachadas coloridas y persianas talladas, además de edificios de gran valor histórico, cultural y arquitectónico, entre los que se incluyen:
- Palacio Brukenthal, frente al ayuntamiento, uno de los más altos ejemplos de estilo barroco tardío en toda Rumanía.
- Biserica Romano Catolică, construida en estilo barroco por los monjes jesuitas en el siglo XVIII.
- Turnul Sfatului, la torre del consejo que data del siglo XIII, en cuya cima se encuentra una magnífica terraza panorámica que ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y las montañas circundantes.
También están la Plaza Pequeña y Piata Albert Huet con edificios góticos igualmente interesantes. La ciudad baja, por su parte, es más rústica y está conectada con la parte superior por el llamado Puente de las Mentiras, de hierro forjado.
Alrededor del centro medieval, podéis admirar aún los restos de las múltiples líneas de murallas construidas a lo largo de los siglos para proteger a la población. Con sus plazas, torres y murallas medievales, en Sibiu se respira la fascinante historia de esta región.
Sighișoara
Una de las pocas ciudades fortificadas aún habitadas, el encantador pueblo medieval de Sighisoara se levanta a orillas del río Tarnava Grande. Parece aferrado a una colina dibujada por una sinfonía de casas coloridas en el distrito de Mureș, en el corazón de la Transilvania central.
El centro histórico, perfectamente conservado, fue declarado oficialmente patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999. ¿Podíamos no recomendaros este lugar entre las cosas que ver en Transilvania? Claramente no.
Aquí podréis visitar el castillo de Vlad Dracul donde, parece, el príncipe sanguinario nació y pasó sus primeros años. El mayor atractivo de esta pintoresca ciudadela fortificada es la Torre del Reloj, Turnul cu Ceas en lengua local, de 64 metros de altura, que hoy alberga un museo histórico y un carillón con figuras móviles que representan los días de la semana. También merecen una visita:
- Piața Cetății, animada por tabernas, tiendas y una multitud de tiendas de souvenirs que retratan al cruel empalador Vlad Țepeș.
- Museo de las armas, con una interesante colección de espadas, flechas, armaduras y otros equipamientos militares de época medieval.
- Iglesia en la colina, que contiene interesantes frescos sobre el tema de la Pasión y una cripta con tumbas que datan de entre los siglos XVI y XVIII.
Aquí posible visitar las antiguas casas de los artesanos en las que todavía se encuentran los talleres y las herramientas del oficio.
Cluj Napoca
La antigua capital de Transilvania Cluj Napoca es un centro estudiantil joven y animado, conocido por su vibrante vida nocturna, con una amplia selección de bares de cócteles, locales con ambiente bohemio, clubes nocturnos y excelentes restaurantes. Podréis admirar monumentos de época medieval y renacentista, así como en estilo modernista y barroco. Desde Cluj Napoca, la segunda ciudad más poblada de Rumanía, se puede llegar fácilmente a las minas de sal de Turda.
Turda
Puede parecer que os encontráis en la ciudad subterránea de un futuro distópico, pero en realidad es una mina conocida desde la época romana. Entre las cosas que ver en Transilvania, la mina de sal de Turda, en el campo en el distrito de Cluj, ha sido durante siglos uno de los principales yacimientos mineros de la región y, cuando la sal era más preciosa que el oro, llenó los cofres de los reyes de Hungría primero y de los emperadores Habsburgo después.
Desde que la extracción de sal terminó definitivamente en los años treinta, el espacio ha sido utilizado como almacén, refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial, depósito de alimentos, museo y un espectacular parque de atracciones subterráneo.
Dicha atracción está constituida por dos grandes minas, dentro de las cuales se han instalado un anfiteatro, ruedas panorámicas, estructuras para tratamientos termales y espacios recreativos en los que jugar al billar, ping-pong, bolos y minigolf.
Brașov
En la región de los montes Cárpatos meridionales, en el centro exacto de Rumanía, Brasov es una ciudad medieval que aún conserva casi todo de sus antiguas raíces.
Una red de calles adoquinadas se desliza más allá de las antiguas murallas del siglo XV, desarrollándose alrededor de Piața Sfatului en un recorrido que incluye una torre de 58 metros de altura y la atormentada Biserica Neagră, la iglesia evangélica más grande de Rumanía. Debe su nombre a un devastador incendio que, en 1689, la ennegreció por completo. En su interior veréis una curiosa colección de alfombras anatolias, donada a la ciudad por los comerciantes alemanes. También merecen una visita:
- Biserica Sfântul Nicolae, en puro estilo valaco, con esbeltas torres y torrecillas.
- Sforii, la calle más estrecha de Europa.
- Casa Rozelor Brasov.
Con sus agujas góticas, estructuras barrocas y casas mercantiles, esta joya medieval cerca de una de las estaciones de esquí más conocidas del país merece un lugar de honor en esta guía sobre qué ver en Transilvania y dónde detenerse.
Bistrița
Merece ser incluida en la lista de qué ver en Transilvania también el núcleo medieval de Bistrița, en la parte septentrional de la región. Está compuesto por pintorescas casas de época renacentista con los escudos de sus respectivas guildas, que se arremolinan alrededor de una imponente iglesia protestante, con una alta torre que vigila la ciudad.
Tour de los Castillos de Transilvania con WeRoad
Si habéis llegado hasta aquí y os gustaría visitar esta misteriosa región, sería una lástima dejar pasar la oportunidad de participar en el tour Transilvania Express de 5 días y 4 noches propuesto por WeRoad, con salida y llegada en la capital Bucarest, una pequeña joya en el sur de Rumanía aun relativamente poco conocida, y parada en:
- Castillo de Peleș.
- Castillo de Bran, donde se ambienta la leyenda del Conde Drácula.
- Pueblo medieval de Sighișoara.
- Casa natal de Vlad III de Valaquia.
- Brașov.
- Pueblo sajón de Viscri.
- Sibiu.
- Minas de sal de Turda.
El itinerario os llevará también a una de las carreteras panorámicas más hermosas del mundo, Transfăgărășan, con sus serpentinas curvas entre los Cárpatos. Recorrerla es una aventura imprescindible para quienes aman las emociones fuertes.