Qué Ver en Túnez: Lugares imprescindibles para un viaje inolvidable

Qué Ver en Túnez: Lugares imprescindibles para un viaje inolvidable

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18 febrero

Túnez es un destino que combina historia, cultura y paisajes de cine. Sus costas son típicamente mediterráneas, con playas tranquilas, mientras que el vasto desierto del Sáhara invita a la aventura. Las antiguas ruinas de Cartago, con su legado romano, contrastan con la vitalidad de las medinas, que se caracterizan por estar llenas de color y vida. Los mercados de especias y artesanías, las mezquitas históricas y los oasis perdidos en el desierto son solo algunos de los secretos que esconde este país. Si quieres conocerlos todos antes de tu viaje, aquí te dejamos qué ver en Túnez.

La medina de Túnez: un laberinto de historia y cultura

Perderse en la medina de Túnez puede parecer un error, pero es la mejor estrategia para descubrir su encanto. Este laberinto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO está hecho para callejear sin rumbo. Sus callejones parecen no llevarte a ninguna parte, hasta que te cruces con lugares como la Gran Mezquita de Zaytuna, del siglo VIII. Además de ser un punto de referencia arquitectónico, es un símbolo del conocimiento islámico. Su biblioteca fue una de las más importantes del mundo árabe. 

Otro lugar para visitar es el Palacio Dar Ben Abdallah, que te mostrará la opulencia de la aristocracia tunecina. Sus estancias están cubiertas de cerámica y los techos son de madera tallada. Pero la verdadera esencia de la medina está en los detalles: una puerta entreabierta que deja entrever un patio silencioso, un vendedor que insiste en que su azafrán es el mejor del mundo o un café escondido donde los lugareños juegan al dominó sin prisa. 

Tienda de alfombras tradicionales en Túnez con una puerta azul en el fondo.

Cartago: un viaje al pasado púnico y romano

Cartago es uno de los sitios principales que ver en Túnez. Fue una de las ciudades más poderosas del Mediterráneo. Pero su historia terminó en llamas cuando los romanos decidieron que ya habían tenido suficiente competencia. Hoy, sus ruinas, declaradas Patrimonio de la Humanidad, son un recordatorio de su antiguo esplendor. En la colina de Byrsa, donde todo comenzó, aún quedan restos de templos y casas. Además de un museo con piezas que cuentan siglos de historia. 

Otro de los sitios que ver en Cartago son los Baños de Antonino, con vistas al mar, fueron en su día los más grandes de África. Todavía hoy impresionan por su tamaño. Pasear por Cartago es viajar en el tiempo, con columnas caídas y mosaicos que parecen esperar a que alguien los vuelva a colocar. Entre ruinas y vistas espectaculares, es fácil imaginar la vida de una ciudad que un día desafió a Roma… y lo pagó caro. 

Mercado tunecino con cerámica azul y alfombras de colores vibrantes.

Sidi Bou Said: el pueblo azul y blanco que enamora

Sidi Bou Said es un pueblo costero que siempre luce bien en las fotos, ya que tiene todo lo necesario para ser fotogénico. Casas encaladas, puertas azules, calles empedradas y buganvillas que trepan por las fachadas. Pero aunque pasear por su centro es un placer, lo mejor está en las alturas. Desde arriba podrás disfrutar de una vista al Mediterráneo que quita el aliento, con el sol tiñendo de dorado el atardecer. 

Otro lugar que no puedes perderte es el Café des Nattes. Aquí venían los intelectuales tunecinos, que son quienes le dieron fama a este pueblo de estética bohemia. La tradición marca que debes pedir un té con piñones y dejar que el tiempo pase sin prisa. Y si te gusta llevarte recuerdos de tus viajes, aquí encontrarás todo lo necesario en sus tiendas de cerámica.

Vista panorámica de Sidi Bou Said con sus casas blancas y puertas azules.

El desierto del Sáhara: aventura y paisajes infinitos

El desierto del Sáhara es otra de las cosas que ver en Túnez. Aunque ahora mismo en tu imaginación haya dunas que se suceden en una casi infinita monotonía, aquí hay mucho más. Se trata de un paraíso para los aventureros que se atreven a explorar bien en camello, bien en todoterreno. Pero también es un rincón con historia. 

Ong Jemel, por ejemplo, fue el escenario que George Lucas eligió en los 90 para Star Wars. Pero, ¿sabías que en este desierto también se esconden aldeas bereberes? Son pequeños oasis donde la vida sigue su curso como si el tiempo no existiera. Una mezcla de naturaleza salvaje con cultura ancestral. Otro lugar importante para visitar es Douz, con un gran palmeral y dunas blancas que se vuelven rojizas al caer el sol. Y si te queda tiempo, visita los lagos salados, conocidos como chott. 

Dunas doradas del desierto del Sahara bajo un cielo despejado.

Dougga: el teatro romano mejor conservado de África

El teatro romano de Dougga se construyó en el siglo II d.C.. Es uno de los mejor conservados de África; de hecho, todavía hoy se usa para algunas obras. Imagina estar sentado en sus gradas de piedra, con la misma vista al escenario que tuvieron los romanos hace casi 2.000 años. Tenía una capacidad de 3.500 personas, y la idea de su diseño era que todas las personas pudieran ver y oír a quienes actuaban con total claridad. 

Pero Dougga no se queda ahí. Otro lugar para visitar es el Capitolio, con una arquitectura imponente, que rinde homenaje a los dioses Júpiter, Juno y Minerva. A pocos pasos de allí, se encuentra el Mausoleo de Ateban, de forma circular y que se erige como un recordatorio de la grandeza funeraria romana. 

El teatro romano de Dougga en Túnez

El lago salado de Chott el Jerid: espejismos y paisajes surrealistas

Los lagos salados son los que te mencionamos en el desierto. Si tienes poco tiempo en tu viaje, te recomendamos que al menos vea este. Es, sin duda, una de las cosas que ver en Túnez en 4 días que realmente valen la pena. Nos referimos al lago Chott el Jerid, que a diferencia de lo que probablemente te imaginas, es un paisaje blanco. 

En la época de lluvias, a veces se acumula algo de agua. Pero debido al clima extremadamente seco y cálido de la zona, esta agua se evapora con rapidez. Es así como se forma la capa de sal que le da su característico paisaje blanco y brillante. Además de los reflejos de espejismos, los colores parecen irreales. Y es que cuando llega el atardecer, el blanco se cambia por tonalidades rojizas. 

El oasis de Tozeur: palmerales y tradición

Tozeur es un oasis en medio del desierto, que se considera que es la puerta de entrada a los oasis del sur del país. Aquí, la sombra no la dan las edificaciones, sino las más de 400.000 palmeras que desafían al calor. Estas lograron crecer gracias a las fuentes subterráneas de las que ha mandado el agua durante siglos. Pero además del por el palmeral, este lugar es famoso por sus dátiles, a los que se les considera como los mejores del mundo. 

También por su peculiar arquitectura de ladrillos de barro, con patrones geométricos que le dan un aire único. Si vas al pueblo, verás que su medina es un laberinto con construcciones de adobe y ladrillos. Como vimos en los sitios que ver en Túnez capital, déjate perder por sus calles laberínticas y descubre sus plazas escondidas, sus pasadizos y sus tiendas. 

Para conocer más sobre la vida local, acércate al Museo de Artes y Tradiciones. Y si quieres una experiencia auténtica, visita una plantación de dátiles y prueba uno recién recogido, dulce y tierno como un caramelo natural.

Hombre caminando con camellos en el desierto tunecino.

Hammamet y Sousse: playas, historia y relax

Si buscas una combinación de playas paradisíacas, historia y un poco de caos encantador, Hammamet y Sousse en Túnez son dos paradas obligatorias. La primera se caracteriza por su arena fina y aguas de color turquesa. Es un sitio perfecto para relajarse, pero si quieres saber qué ver en Hammamet en Túnez además de la costa, aquí también hay una medida rodeada de murallas. Desde su kasbah, una fortaleza del siglo XV, tendrás vistas espectaculares al Mediterráneo, y un atardecer que haría suspirar a cualquier poeta.

Con respecto a qué ver Sousse, aquí encontrarás más movimiento. Su medina es Patrimonio de la Humanidad, y como era de esperar, es un laberinto de callejones donde puedes perderte entre zocos llenos de especias y cerámicas. Si te gusta la historia con un toque de aventura, el Ribat es una visita obligada. Se trata de una fortaleza monástica donde los vigías musulmanes escaneaban el horizonte en busca de piratas. Hoy, desde lo alto, lo único que verás son turistas y un mar infinito.

Fortaleza histórica en Sousse con arquitectura tradicional tunecina.

La isla de Djerba: una joya mediterránea

Si vas a viajar sin prisas, y tienes, por ejemplo, tiempo para los lugares que ver en Túnez en 7 días, aprovecha y visita la isla de Djerba. Va en la línea de Hammamet, con mucha tranquilidad y llena de rincones con encanto. Houmt Souk es su capital y se puede describir como un festival de colores y aromas, gracias a sus mercados llenos de alfombras, cerámica y especias. 

Pero, además de compras, hay mucho más que ver en Djerba. Por ejemplo, la sinagoga de El Ghriba. Es una de las más antiguas de África y testimonio de la diversidad cultural de la isla. Para quienes amen las playas, aquí también son de arena fina y aguas apacibles. Y si deseas ver la auténtica vida local, en los pueblos verás multitud de talleres de artesanos, que mantienen las mismas técnicas que hace siglos. Dicen que Homero se inspiró en Djerba para la isla de los lotófagos en La Odisea, y no es difícil imaginar por qué. Llegas con la intención de un día y acabas queriendo quedarte para siempre.

Houmt Souk, la isla de Djerba

Monastir y su ribat: historia y vistas al Mediterráneo

Si las murallas del ribat de Monastir hablaran, tendrían siglos de historias que contar… y quizás algunas anécdotas de rodaje. Es una fortaleza islámica que se construyó en el siglo VIII. Servía tanto para la defensa como para la meditación de los soldados religiosos. Subir a su torre es casi un ritual obligatorio; las vistas del Mediterráneo desde arriba son de las que dejan sin palabras. O, al menos, te obligan a sacar la cámara de fotos.

Como parece que ya es habitual en los lugares que ver en Túnez, el ribat también tiene su lado cinematográfico. Sirvió de escenario para La vida de Brian, así que, si te suena de algo, puede que no sea solo por los libros de historia. Después de la fortaleza, dirígete a la costa y disfruta de su paseo marítimo. Aquí te espera el mausoleo de Habib Bourguiba, el primer presidente de Túnez. Entre historia, cine y vistas, este rincón tunecino tiene más de un motivo para conquistarte.

El anfiteatro de El Djem: una maravilla romana en África

Si crees que los grandes anfiteatros romanos solo están en Italia, El Djem viene a demostrarte lo contrario. Este coloso de piedra es uno de los más grandes del Imperio romano. Podía albergar a 35.000 espectadores que venían a ver combates de gladiadores y espectáculos dignos de Hollywood. 

Su estado de conservación es tan bueno que puedes recorrerlo casi como lo hacían los romanos. Es decir, bajar a la arena, explorar los pasadizos subterráneos donde esperaban las fieras o subir a las gradas para imaginar el rugido del público. A pocos pasos del anfiteatro de El Djem, está el museo arqueológico, con mosaicos que te contarán historias de la vida cotidiana en la antigua Thysdrus. Es así como se llama la ciudad romana que existió aquí. 

Kairuán: la ciudad sagrada de Túnez

Kairuán es otro de los imprescindibles que ver en Túnez. Se trata de una de las ciudades más antiguas y la cuarta más sagrada del islam, después de La Meca, Medina y Jerusalén. La Gran Mezquita de Kairuán es una de las más impresionantes del norte de África, con un patio inmenso y columnas que, curiosamente, provienen de ruinas romanas. Dicen que siete visitas aquí equivalen a una peregrinación a La Meca. Si buscas atajos espirituales, este es un buen sitio.

Pero además de devoción, este lugar también es ingenio. Así lo demuestran los gigantescos estanques de los Aglabíes, que son depósitos de agua construidos en el siglo IX. Si quieres llevarte un recuerdo auténtico, su medina es famosa por las alfombras tejidas a mano. ¿El reto? Elegir una sin pasarte la tarde negociando el precio con vendedores que tienen más paciencia que un santo.

Grupo de viajeros WeRoad en Túnez, disfrutando del atardecer en el desierto tunecino.

Descubre Túnez con nosotros

Túnez es un destino que sorprende a quien se anima a explorarlo. Aquí se cruzan ruinas romanas con medinas laberínticas, zocos llenos de vida con playas de postal y el inmenso Sáhara con oasis que parecen salidos de un espejismo. Puedes seguir los pasos de comerciantes fenicios en Cartago, perderte entre las casas azules y blancas de Sidi Bou Said o sentirte gladiador en el anfiteatro de El Djem. Y cuando creas que lo has visto todo, el desierto te espera con sus dunas doradas y sus cielos estrellados. Si te apetece descubrir este país sin preocuparte por la organización, únete a un viaje de grupo organizado en Túnez y prepárate para una aventura donde la historia, la cultura y la aventura se mezclan en cada rincón.

Team WeRoad
Scritto da Team WeRoad