

La Toscana se encuentra en el corazón de Italia. Es una mezcla perfecta de arte, historia y paisajes. Aquí nacieron algunos de los mayores genios del Renacimiento y las calles de sus pueblos se remontan a la era medieval. Los lugares que ver en la Toscana son incontables: los monumentos de Florencia, el patrimonio cultural de Siena o las vistas desde Montepulciano.
Pero, además de sus ciudades, la región es sinónimo de buena comida y vinos de fama internacional, como el Chianti, el Brunello o el Vino Nobile. Este viaje es una apuesta segura que te permitirá combinar cultura y gastronomía con vistas espectaculares allá donde vayas.
Florencia: la cuna del Renacimiento y su legado artístico
Florencia es un excelente punto de partida para visitar la Toscana. Es la capital del Renacimiento y una de las ciudades más importantes de la historia del arte. Aquí, Miguel Ángel esculpió a su David, Botticelli pintó “El nacimiento de Venus” y Brunelleschi desafió las bases de la arquitectura con su cúpula en la catedral de Santa Maria del Fiore.
Pero estas obras y las que encontrarás en la Galería Uffizi no son los únicos monumentos de la ciudad de Florencia en la Toscana de Italia. Otro lugar icónico, perfecto para unas fotos, es el Ponte Vecchio; es el único puente medieval que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial.
La Piazza della Signoria es un pequeño museo al aire libre, con la fuente de Neptuno y la escultura de Hércules, varios edificios medievales y el Palazzo Vecchio con su torre de 94 metros de altura. El centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Así que si te preguntas qué ver en la Toscana italiana, Florencia no puede faltar en la lista.

Siena: tradición medieval y el emocionante Palio
Siena cuenta con un patrimonio cultural y arquitectónico muy rico. Y a diferencia de Florencia, aquí podrás descubrirlo con más tranquilidad porque no encontrarás masificaciones. Conserva intacto su pasado medieval, y pasear por sus calles de ladrillo hará que te sientas en otra época.
En el centro está la Piazza del Campo, famosa por su forma de abanico y por ser el escenario del Palio. Se trata de una carrera de caballos de origen medieval, que todavía hoy sigue siendo la más intensa de Italia. Cada una de las contradas, que son los barrios históricos, compite con su propio caballo.
Dentro de sus monumentos, que convierten Siena en uno de los pueblos que ver en la Toscana, están la catedral gótica y su suelo de mármol blanco y verde, decorado con escenas bíblicas que solo se descubren en ciertas fechas del año. O la Torre del Mangia, con 400 escalones que te conducen a una de las mejores vistas de la región.

Pisa: más allá de la torre inclinada
Otra de las ciudades de la Toscana que no te puedes perder es Pisa. Es famosa en todo el mundo por su Torre Inclinada. Pero como una de las ciudades más antiguas de Italia, tiene historia y arquitectura para presumir. Si quieres saber qué ver en la Toscana en 4 días, Pisa ocupa uno de ellos.
En la Piazza dei Miracoli es donde está todo el espectáculo. La torre, que empezó a inclinarse poco después de su construcción en el siglo XII, y que sigue siendo un misterio de la ingeniería. También la catedral, con fachada de mármol y un interior decorado con frescos y mosaicos. Y el Baptisterio, frente a la anterior y que es conocido por su increíble acústica. Los guías suelen mostrar cómo un solo sonido se multiplica en ecos perfectos.
En el centro histórico, hay multitud de iglesias y palacios que se reconstruyeron entre los siglos XII y XIII. Y en el Borgo Stretto podrás pasear por sus pequeñas tiendas y probar un helado artesanal como solo Italia sabe hacerlos.

Lucca: murallas intactas y encanto histórico
Entre Florencia y Pisa, Lucca es otra de las cosas que ver en la Toscana italiana. Es una de las ciudades más encantadoras. Su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad, y está rodeado por murallas renacentistas del siglo XV. A diferencia de otras fortificaciones, no se construyeron para la guerra. Con el paso de los años, se fueron convirtiendo en un paseo arbolado, ideal para recorrer en bicicleta o a pie.
Dentro de las murallas, las calles empedradas te llevarán a plazas como la Piazza dell’Anfiteatro. Su diseño ovalado delata su pasado como anfiteatro romano. La Torre Guinigi, junto con la Torre delle Ore, te mostrarán vistas espectaculares de la ciudad. Además, Lucca es la cuna de Puccini, y su música y sus óperas aún se pueden disfrutar en pequeños conciertos. Con menos turistas que otras ciudades toscanas, no dejes pasar la oportunidad de sentarte en una terraza a disfrutar de un espresso.

San Gimignano: las torres que tocan el cielo
Si buscas qué ver en la Toscana en 7 días porque quieres un viaje completo, entonces apunta San Gimignano. También conocida como “La Ciudad de las Mil Torres» o «Manhattan de la Edad Media», la reconocerás incluso en la distancia por sus catorce inconfundibles torres medievales.
Se encuentra entre Siena y Florencia, en la parte alta de una colina. Son 14 las torres de piedra que todavía se conservan en pie. No tuvieron la misma suerte las restantes, de las 72 que llegó a haber en la Edad Media. Las guerras y el paso del tiempo las fueron haciendo caer. Desde la Torre Grossa, la más alta abierta al público, obtendrás bonitas vistas de las colinas y los viñedos.
En las calles empedradas de su centro histórico, puedes visitar tiendas de artesanía y heladerías. Pero además de arquitectura, este pueblo es famoso por la Vernaccia di San Gimignano; un vino blanco que ya se bebía en la época de Dante.

Val d’Orcia: paisajes que parecen pinturas
Para quienes disfruten contemplando paisajes de naturaleza en todo su esplendor, el Val d’Orcia es otro de los sitios que visitar en la Toscana. En la zona de Crete Senesi, las colinas doradas por el trigo y los girasoles y los caminos serpenteantes flanqueados por cipreses, hacen que las fotos parezcan auténticas postales.
Su belleza es tal, que no solo es Patrimonio de la Humanidad. Estos pueblos también han inspirado a artistas durante siglos y es una de las regiones más fotografiadas de Italia. Las mejores épocas son la primavera o el otoño. Dos ejemplos son Pienza, que el Papa Pío II transformó inspirándose en los principios arquitectónicos y urbanísticos del Renacimiento. Y Montalcino, rodeada de viñedos, es la cuna del Brunello, uno de los vinos más prestigiosos del país. En medio de estos pueblos, la Capilla de la Madonna di Vitaleta, con su pequeña silueta en lo alto de una colina, se ha convertido en un símbolo del valle.
Montepulciano: vino Nobile y arquitectura renacentista
Montepulciano es el destino perfecto para quienes se pregunten qué pueblos ver en la Toscana para disfrutar del vino y la historia. Es famoso por el Vino Nobile; uno de los tintos más apreciados de Italia. Y es que este pueblo toscano tiene el privilegio de estar rodeado de viñedos que producen uvas Sangiovese de la más alta calidad. Muchas bodegas históricas ofrecen degustaciones en antiguas cavernas subterráneas, donde los barriles reposan entre muros de piedra centenarios.
Pero no todo es vino. Como el resto de sitios que ver en la Toscana, lo que aquí verdaderamente sorprende es su elegante arquitectura renacentista. La Piazza Grande, en la parte más alta del pueblo, está rodeada por la catedral, que conserva su fachada sin terminar, y palacios impresionantes. Desde la torre del Palazzo Comunale, las vistas sobre las colinas toscanas son inmejorables. Y a las afueras, se conserva una joya del Renacimiento: la iglesia de San Biagio, con su armoniosa estructura de travertino.

Pienza: la ciudad ideal del Renacimiento
Pienza no nació como cualquier otro pueblo toscano. En el siglo XV, el Papa Pío II decidió transformar su aldea natal en la ciudad ideal del Renacimiento. Para ello, encargó el proyecto al arquitecto Bernardo Rossellino. El resultado fue una organización racional del espacio y con preciosas perspectivas de sus plazas y palacios del siglo XVI, como el de Piccolomini. Desde sus balcones, las vistas se abren al valle del Orcia, un paisaje que parece sacado de una pintura. En 1996, se reconoció como un sitio de la Unesco.
Pero además de la maravillosa arquitectura, su pecorino es una institución. Se trata de un queso de oveja, curado en cuevas o envejecido en barricas, que tiene un sabor único que varía según la maduración. En las tiendas especializadas, podrás acceder a degustaciones con miel y vino local. Una combinación perfecta que te permitirá llevarte un poco de la esencia de Pienza.

Volterra: legado etrusco y alabastro
Volterra es una de las ciudades más antiguas de la región. Por eso, no te puede faltar en los sitios que ver en la Toscana. Sus raíces se remontan a la civilización etrusca. Lo podrás comprobar en las que rodean parte del casco histórico y que fueron construidas hace más de 2.000 años. Otra maravilla para contemplar es la Porta all’Arco, con piedras talladas.
Si quieres profundizar en el arte etrusco, visita el Museo Guarnacci. Conserva una de las mejores colecciones que existen, con urnas funerarias decoradas y la enigmática estatua de la Ombra della Sera. Se trata de una figura alargada que recuerda a las esculturas de Giacometti.
Pero Volterra también es famosa por el alabastro. Una piedra translúcida que los artesanos trabajan desde tiempos etruscos. Podrás contemplar todo el proceso de tallado en algunas tiendas y en talleres. Resulta increíble apreciar cómo estos bloques se transforman en lámparas y esculturas. Y para coger perspectiva, sube a lo alto de la ciudad y disfruta de las vistas sobre las colinas toscanas.

Chianti: ruta del vino entre colinas y viñedos
Chianti es el alma vinícola de la región, así que si no sabes qué hacer en la Toscana, apuesta por recorrer sus colinas llenas de viñedos y sus bodegas. Aquí se producen algunos de los mejores tintos de Italia. Entre Florencia y Siena, la Strada del Chianti serpentea por pueblos encantadores como Greve, Radda y Castellina. Detenerse para una cata de vino es casi obligatorio.
El Chianti Classico, reconocido por su inconfundible sello del gallo negro, es el protagonista absoluto. Para disfrutar de la experiencia como se merece, se acompaña de quesos, embutidos y aceite de oliva artesanal. Muchas fincas ofrecen recorridos por sus viñedos y por las antiguas bodegas. Pero tu día no estará completo si no degustas también la gastronomía local. Como la bistecca alla fiorentina, un chuletón grueso cocinado a la brasa, o las pappardelle al cinghiale, pasta con una intensa salsa de jabalí.
Y para tomar el aire, una vez se haya bajado el efecto del vino, podrás perderte por sus carreteras panorámicas, que te llevarán por castillos medievales. Además de la región, el país en sí no tiene desperdicio, así que no dudes ni un minuto en pasar unas vacaciones en Italia.
Arezzo: arte, antigüedades y la Piazza Grande
Arezzo no es tan popular entre los sitios que ver en la Toscana. Pero sin duda, su riqueza artística e histórica hacen que merezca la pena visitarla. En la Basílica de San Francesco está guardado uno de los mayores tesoros del Renacimiento: los frescos de La Leyenda de la Vera Cruz. Es la obra maestra de Piero della Francesca, cuyo uso de la perspectiva y la luz deslumbran.
En el centro de la ciudad, visita la Piazza Grande, que fusiona estilos arquitectónicos que van del medieval al renacentista. Además, tiene una peculiar forma inclinada. Cada primer domingo de mes, se convierte en el mercado de antigüedades más famoso de Italia. Otro evento importante en esta localidad es la Giostra del Saracino; un torneo medieval que enfrenta a los barrios históricos en una justa a caballo.
Monteriggioni: fortaleza medieval en el corazón de la Toscana
Otra parada interesante cerca de Siena y sobre una colina se encuentra Monteriggioni. Las murallas del siglo XIII con las que todavía cuenta sirvieron para proteger a aquella de Florencia. En su interior, hay un pequeño pueblo con 14 torres. En el pasado, servían para tener una vista estratégica. Pero hoy, nos permiten admirar las colinas toscanas.
En la plaza principal, la de Roma, está la original iglesia de Santa Maria Assunta. Podrás llegar aquí cruzando puertas como la Romana o Franca. Las callejuelas empedradas típicas del medievo están salpicadas de tabernas y tiendas de artesanía; perfectas para acompañar el paseo. Esta época se sigue manteniendo viva con eventos como la Festa Medievale, en la que se utilizan trajes y se organizan torneos. Tal es su encanto, que Dante mencionó a Monteriggioni en la “Divina Comedia”.

La esencia de la Toscana: una invitación a vivir experiencias inolvidables
Viajar a la Toscana italiana es una experiencia completa: ciudades llenas de arte, paisajes de postal y una gastronomía que conquista a cualquiera. Florencia nos regala museos renacentistas al aire libre; Siena conserva intactas sus tradiciones medievales y pueblos como San Gimignano o Montepulciano parecen detenidos en el tiempo.
Pero, además de historia, este país presume de paisajes. Carreteras bordeadas de cipreses llevan a viñedos donde probar vinos como el Chianti o el Brunello. Y en las trattorias familiares, experimentarás el placer de platos sencillos, pero deliciosos. Para que no se te escape nada y disfrutar de lo mejor de cada localidad, apuesta por los viajes organizados por el centro de Italia. No solo conocerás todo lo imprescindible que ver en la Toscana, sino que lo harás sin preocuparte por la logística y la planificación. Y si sólo dispone de unos días, no hay problema, también tenemos Florencia Fin de Semana: arte, comida y tradiciones. ¿Has elegido ya tus fechas?