Castillo de Bran: guía completa para visitar la morada de Drácula

Castillo de Bran: guía completa para visitar la morada de Drácula

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22 agosto

En lo alto de las montañas de Transilvania, donde la niebla envuelve sus picos y el misterio parece formar parte del aire que se respira, se alza la silueta del castillo de Bran. Conocido en todo el mundo como el legendario castillo de Drácula, este lugar ha alimentado la imaginación colectiva durante generaciones. Pero, ¿qué hay de cierto en la historia que conocemos? ¿Fue realmente la morada de Vlad el Empalador o todo es fruto de la ficción de Bram Stoker?

Este artículo es tu guía definitiva para descubrir el Castillo con ojos curiosos, pero bien informados. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre su historia y el recorrido por sus estancias, así como algunos consejos extra para aprovechar la visita. Prepárate para un viaje entre historia y leyenda. 

El castillo de Bran: un icono en Transilvania

El castillo de Bran es la imagen más icónica de Rumanía. Es un castillo medieval situado entre las montañas de Transilvania, en la frontera entre Valaquia y la antigua región de Brașov. Con sus torres puntiagudas y sus muros de piedra encaramados sobre una colina rocosa, tiene todos los elementos necesarios para ser el escenario de una novela gótica. 

De hecho, lo ha sido. Y es por eso que se ha convertido en la edificación más importante de esta zona del país. Aunque su relación con Vlad Tepes, el supuesto Drácula histórico, es más turística que real, su silueta encaja perfectamente en la narrativa. Si quieres comprobarlo, solo tienes que buscar fotos del Castillo para entender por qué. 

Construido en el siglo XIV, el castillo tuvo inicialmente un papel estratégico. Era un punto de defensa del paso de montaña entre Transilvania y Valaquia. Por tanto, además de ser una residencia, esta fortaleza vigilaba las rutas comerciales y protegía de las invasiones otomanas. 

La funcionalidad militar se aprecia todavía en las escaleras estrechas, los patios escondidos y los túneles secretos. Una estructura defensiva que poco tenía que ver con el confort aristocrático. Pero que, sin embargo, es conocida por fama cinematográfica

Desde el punto de vista arquitectónico, combina varios estilos. La estructura original fue ampliada a lo largo de los siglos, pero su interior nos cuenta cómo era la vida en la época medieval. Las estancias se conservan amuebladas y se pueden visitar, así como las salas decoradas con armaduras y objetos cotidianos. 

No obstante, lo que más llama la atención se encuentra fuera del castillo. Desde su parte más alta, se observan las vistas de los bosques de Transilvania y el pequeño pueblo de Bran, que le dan ese aire tenebroso. Si bien la figura de Drácula es lo que atrae a los visitantes, la construcción en sí misma tiene el suficiente atractivo como para resultar fascinante sin necesidad de ficción. 

Si estás planeando tu viaje, descubre aquí qué ver en Rumanía para no perderte ninguno de sus rincones más emblemáticos.

Castillo de Bran al atardecer, rodeado de bosque y montañas

¿El verdadero castillo de Drácula?: historia y leyenda

Si vas a visitar el castillo de Drácula con la idea de encontrar la guarida del vampiro más famoso del mundo, te vas a topar con una mezcla de mito y realidad. Se ha ganado su fama como el castillo del conde Drácula. Pero su vínculo con Vlad Tepes, el personaje histórico que inspiró al vampiro de Bram Stoker, es mucho más difuso de lo que la cartelería turística sugiere.

¿Dónde está el verdadero castillo de Drácula?

Vlad el Empalador, príncipe de Valaquia en el siglo XV, tenía varios bastiones. Sin embargo, nunca vivió en el castillo. Como mucho, pudo haber pasado por allí o haber estado prisionero unos días, aunque ni siquiera contamos con registros concluyentes que puedan confirmarlo. 

Su fortaleza principal estaba en Poenari, una ciudadela en ruinas y mucho menos accesible. Está situada sobre un acantilado, al que solo se llega subiendo más de 1.400 escalones. Por tanto, si queremos hablar del verdadero castillo de Drácula como tal, ese título le correspondería, por historia, a Poenari.

Entonces, ¿por qué Bran se asocia con Drácula? Pues en parte por el paisaje que lo rodea, que es perfecto para inspirar una historia de vampiros. Pero también porque Bram Stoker, que nunca llegó a pisar Rumanía, describió un castillo similar en su novela. El parecido físico entre el castillo ficticio y el de Bran es lo que desató la conexión literaria. Después, vino la avalancha de merchandising.

¿Cuál es la historia del Castillo de Bran?

Lejos de los colmillos y las capas negras, la historia real del castillo empieza en 1211. En este año, los Caballeros Teutónicos construyeron una fortaleza de madera, cuya estructura quedaría destruida años más tarde. En 1377, los húngaros levantaron el castillo de piedra actual, con el objetivo de proteger la frontera entre Transilvania y Valaquia. Durante siglos, cumplió funciones militares, aduaneras y defensivas.

Llegado el siglo XX, el castillo vivió una transformación más romántica. En 1920, fue ofrecido a la reina María de Rumanía, una figura muy querida que lo convirtió en residencia real. Fue ella quien restauró el castillo y lo decoró con gusto, así que es la responsable del aire acogedor que todavía hoy conserva. María se enamoró del lugar y lo consideraba su refugio personal, alejado del protocolo cortesano.

Esta sensación que conquistó a la reina se puede apreciar durante la visita. Basta pasear por los pasillos o asomarse a las ventanas. Pero es la leyenda de Drácula la que ha convertido a este sitio en una atracción internacional. Aunque la historia no sea cierta, sigue siendo un lugar fascinante que merece la pena visitar. 

Patio interior del Castillo de Bran con cielos azules y nubes

Lo que verás en tu visita: recorriendo las estancias del castillo

La visita es una invitación para convertir las leyendas de colmillos afilados en un viaje de descubrimiento por la historia medieval. Este pasado sí es tangible, y lo percibirás en la arquitectura defensiva y el arte decorativo. 

Las salas del castillo: de la reina María al mito de Drácula 

Nada más cruzar la puerta, unas estrechas escaleras de piedra dan la bienvenida. A su alrededor, muros blancos salpicados de ventanas pequeñas y suelos que crujen en cada paso. El castillo es compacto, casi laberíntico, y con pasadizos que conectan estancias que nunca habrías imaginado que estaban allí. Uno de los pasadizos más curiosos es la escalera secreta, que fue descubierta durante una restauración. Conecta el primer y tercer piso por dentro de un muro, y es un guiño real a la intriga que despiertan los cuentos de castillos.

Las salas están decoradas con muebles y objetos que pertenecen a distintas épocas. Pero aun así, se percibe la influencia de la reina María de Rumanía a la hora de decorarlo, puesto que lo habitó a principios del siglo XX. Fue ella quien transformó a esta fortaleza fría en una residencia real con cierto encanto bohemio. Varias habitaciones tienen muebles de estilo rústico sajón, tapices, estufas de cerámica pintadas y hasta un pequeño despacho que conserva el estilo de la época. Todo con un aire sencillo, lejos del lujo de otros palacios, pero con carácter.

La cara más oscura del castillo: armas y tortura

Una de las partes más fotografiadas es el patio interior; ideal para una pausa en los días soleados. Tiene un pozo en el centro y las galerías de madera que se asoman desde arriba. Pero si vienes buscando algo más oscuro con lo que alimentar la leyenda, hay una pequeña exposición sobre tortura, con instrumentos de castigo y paneles explicativos. Si bien no tienen relación directa con Vlad el Empalador, sacian el lado más macabro del visitante curioso. No es muy extensa, pero suele ser uno de los rincones más comentados.

Dado que el castillo era realmente un bastión defensivo, no es de extrañar que haya varias colecciones de armas y armaduras. Nos dan una idea de cómo debieron ser esos años de defensa. También hay piezas etnográficas que ilustran la vida rural en Transilvania y detalles sobre las distintas comunidades que convivían en la zona: sajones, húngaros, rumanos, etc. 

Cada sala tiene una función distinta y una historia que contar. Hay habitaciones privadas, salones nobles, una pequeña capilla y hasta una cocina antigua. Los paneles informativos están bien planteados y podrás seguir la historia con facilidad sin necesidad de contratar una visita guiada. 

No esperes encontrar una recreación de la guarida de Drácula, con ataúdes, murciélagos y efectos especiales. Esta tendrás que hacerla en tu mente mientras lees la novela. El castillo no necesita de adornos ni de leyendas para resultar fascinante. No dudes en recorrer sus pasillos y escaleras, ni en asomarte por las ventanas para empaparte del aire de misterio de esta zona. 

Vista panorámica del patio del Castillo de Bran en medio del bosque

Entradas para castillo de Bran: precios y cómo comprarlas

Para poder acceder al interior, necesitas comprar entradas. El precio de la entrada general ronda los 13 € para adultos. Pero hay descuentos interesantes para personas mayores de 65 años, estudiantes y menores entre 7 y 18 años. Si viajas en familia, el coste total sigue siendo bastante razonable. 

Las entradas podrás comprarlas allí mismo. Pero si quieres evitar colas y agilizar el momento de la visita, te recomendamos comprarlas online con antelación. Ten en cuenta que en temporada alta, que es primavera y verano, o durante Halloween, la afluencia de visitas es mayor. Por tanto, las colas en taquilla pueden ser largas y, aunque el castillo está bien organizado, es preferible evitar el agobio para entrar. 

El horario de visita varía según la época del año. Entre los meses de abril y septiembre, ambos incluidos, el horario es de 9h a 18h de martes a domingo, mientras que los lunes abre al mediodía. Entre octubre y marzo, se mantienen las horas de apertura, pero cierra a las 16h. 

Para aprovechar la claridad del día, lo mejor es llegar a primera hora, justo cuando abre. Otra opción es ir antes de que cierre, cuando ya se han ido los grupos más grandes. No obstante, tendrás menos tiempo para explorar y disfrutar de las vistas. 

Dentro, puedes elegir si haces el recorrido por libre o si contratas una audioguía, que también se puede adquirir al comprar la entrada. No es imprescindible, pero ayuda a entender y contextualizar algunos rincones, por si te interesa la historia del castillo más allá del mito de Drácula.

Consejos para tu visita: más allá del mito

El castillo de Bran es toda una atracción en sí misma. Pero dado que la experiencia es un grado, te dejamos algunos consejos para que la experiencia sea aún mejor y más completa. 

Mejor momento para visitar

El castillo abre sus puertas a diario, pero no todos los momentos del día son iguales. Si prefieres recorrer las estancias a tu ritmo y sin gente delante de tu cámara cada 3 segundos, ve justo al abrir o a última hora de la tarde

A mediodía, especialmente en temporada alta, el lugar se llena de grupos organizados y de turistas espontáneos que se tomaron la mañana con calma. Como hay salas y pasillos estrechos, la visita se complica un poco. Además, la luz de la mañana o del atardecer es perfecta para las fotos, tanto del castillo como de los alrededores.

Qué ver cerca del castillo

Aprovecha la visita en esta región para conocer otros puntos de interés. Por ejemplo, la Fortaleza de Râșnov, a pocos kilómetros, con vistas espectaculares y bastante más tranquila. Brașov también tiene un casco antiguo con encanto, y allí se encuentra la famosa Iglesia Negra. Un buen sitio para una tarde entre arquitectura medieval y terrazas en las que tomar algo.

Y si no quieres cerrar el día sin algo que alimente el mito, acércate a la Ciudadela de Poenari. Aunque está bastante más al norte y se llega tras subir más de mil escalones, es el castillo que realmente estuvo vinculado a Vlad, el Empalador.

Comer, comprar y descansar

Hacer turismo también es descansar y observar la vida y la cultura local. En los alrededores del castillo, encontrarás varios restaurantes y cafés donde reponer fuerzas. Muchos sirven platos típicos rumanos como ciorbă (sopa ácida) o mititei (rollitos de carne a la parrilla). También hay tiendas de recuerdos, con todo tipo de productos. 

Fotografía: cómo conseguir la mejor toma

El exterior del castillo es más fotogénico que el interior. Pero es probable que te lleve un rato decidir cómo conseguir la mejor foto. Para que no se te vaya el tiempo, sube al mirador situado en el pequeño parque frente a la entrada. Desde allí, se ve la silueta del castillo sobre la roca, rodeada de árboles. También puedes bordear el recinto por los caminos laterales. Hay ángulos que no son tan conocidos, pero que te darán encuadres igual de buenos y sin gente por medio. 

Estas son solo algunas recomendaciones sobre todo lo que se puede visitar en la zona. Si quieres más detalles, descubre qué ver en Transilvania y empápate de historia. 

Grupo de viajeros WeRoad posando durante un viaje organizado a Rumanía

Un viaje a la historia y la imaginación

Pocos lugares en el mundo consiguen mezclar historia real y leyenda con tanta naturalidad como el castillo de Bran. Su silueta medieval, encaramada en lo alto de un peñasco, sigue fascinando a viajeros, escritores y soñadores. 

Hay quienes llegan atraídos por el mito de Drácula, y esperan encontrar murciélagos y oscuros pasadizos. Sin embargo, también hay quienes se interesan por la historia que de verdad se vivió entre sus muros Que es la de reinas, comerciantes y guardianes de frontera.

No hay una única forma de visitar este lugar. Puedes perderte en sus estancias antiguas imaginando historias cortesanas, o simplemente disfrutar del paisaje de los Cárpatos desde una de sus ventanas góticas. Pero en cualquier caso, su atmósfera te atrapa y no hay duda de que se convertirá en uno de tus lugares favoritos en el país.Si quieres descubrir este castillo y quieres compartir el misterio con buenos compañeros de viaje, súmate a una aventura que no se queda en las fotos. Descubre nuestro viaje de grupo a Rumanía y vive la historia desde dentro.

Team WeRoad
Scritto da Team WeRoad