

Imagina que desciendes por una abertura en la tierra y te encuentras con un mundo oculto por el que el tiempo no parece haber pasado. Agua cristalina, raíces que cuelgan por las rocas, estalactitas en las paredes y una calma que nunca antes has experimentado. Así son los cenotes en México; unas formaciones naturales únicas de la Península de Yucatán que son el resultado del colapso de cuevas de piedra caliza.
Para los mayas, eran portales sagrados a Xibalbá, el inframundo. Para ti, pueden ser el escenario de una aventura inolvidable. En esta guía, te contamos cuáles son los más bonitos, pero también te dejamos consejos de local y algunas curiosidades que mejorarán aún más tu experiencia.
¿Qué son los cenotes? Ventanas al inframundo maya
Los cenotes son formaciones naturales típicas de la península de Yucatán. Tras miles de años de erosión sobre roca caliza, el techo de las cuevas se derrumba por la acción del agua. Entonces, aparece un pozo profundo que conecta con ríos subterráneos. Por tanto, un cenote es una especie de puerta al sistema acuático que corre bajo el suelo de la región.
Además de su peculiar origen geológico, los cenotes en México son importantes por su simbolismo. La civilización maya los usaba como fuentes de agua dulce, ya que no hay ríos superficiales en esta zona. Pero también eran entradas directas al Xibalbá, el inframundo. Tenían la certeza de que allí habitaban los dioses y los espíritus de sus antepasados. Por eso, los utilizaban para rituales sagrados e incluso sacrificios humanos, como en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá.
Hoy siguen manteniendo su magia. Y cuando te des el chapuzón en sus aguas cristalinas en un entorno privilegiado, entenderás por qué los espíritus decidieron pasar aquí su eternidad.
Los cenotes más impresionantes: un chapuzón inolvidable
Ahora que sabes qué son los cenotes, toca conocer cuáles son los más bonitos. La lista es larga, pero te dejamos nuestras recomendaciones para que vayas planificando tu tiempo. Los hay de diferentes tipos, abiertos, semiabiertos o como cavernas. Haz una búsqueda en la red para que te hagas una idea y escoge tus favoritos.
Cenote Ik Kil: la joya de Chichén Itzá
Ik Kil es uno de los mejores cenotes de México. Es semiabierto y se encuentra a muy pocos minutos del sitio arqueológico de Chichén Itzá, así que te resultará muy fácil llegar tras la visita. Es uno de los más fotografiados del país, ya que tiene forma casi circular, con paredes verticales cubiertas de vegetación y lianas que cuelgan hasta tocar el agua. Por si fuera poco, hay pequeñas cascadas.
Tanta belleza tiene solo un pequeño inconveniente: que todo el mundo quiere ir allí. Para evitar encontrarte con toda la multitud que estaba en el Chichén Itzá, ve a primera hora de la mañana. Sobre todo, entre semana. Es la mejor forma de sentir ese aire sagrado que todavía conserva.

Gran Cenote: un paraíso para el snorkel y el buceo
A las afueras de Tulum, se encuentra el Gran Cenote. También semiabierto, conecta varias cavidades subterráneas a través de pasarelas de madera. Llaman la atención sus formaciones rocosas, con estalactitas que cuelgan como dientes de dragón. En el agua, hay tortugas, que podrás ver con claridad porque el agua es transparente. Por eso, es uno de los favoritos para hacer snorkel, ya que también hay juegos de luz por la que se filtra entre las rocas. Es apto para todos los niveles.

Cenote Dos Ojos: el sistema de cuevas submarinas que te dejará sin aliento
Este es otro de los cenotes en la Riviera Maya, así que puedes encadenar con el anterior. Está cerca de Tulum y es famoso porque se puede bucear en sus cuevas. Su nombre se debe a que tiene dos entradas circulares que parecen ojos gigantes. Pero lo que realmente llama la atención es lo que está debajo. Se trata de una red de túneles y cámaras que se extienden por más de 80 kilómetros. Un snorkel es más que suficiente para ver las columnas de piedra y de peces. Pero si tienes más nivel, aquí vale la pena una inmersión.
Cenote Suytun: la cueva mística con plataforma de luz
A pocos minutos de Valladolid, este cenote cerrado parece un escenario. Hay una abertura en el techo por la que entra un rayo de luz, que cae directo sobre una plataforma circular de piedra. Un espectáculo que verás mejor entre las 11:00 y las 13:00. No por la afluencia de gente, que también es alta por la foto, sino porque es cuando el sol está en el punto más alto. Es pequeño, pero sigue siendo uno de los cenotes de México que vale la pena visitar.

Cenote Samulá: un tesoro escondido en Valladolid
Seguimos encadenando para facilitarte las visitas a los cenotes más bonitos del país. Samulá no es tan conocido como los anteriores, y quizás por eso, disfrutes más al estar allí. Puesto que está bajo tierra, se accede por una escalera de piedra que lleva a una cámara circular. Esta tiene un agujero en el techo que deja entrar un chorro de luz natural, y por las paredes, cuelgan las raíces de los árboles como si fueran cortinas.
Cenote Azul: aguas turquesas y diversión familiar
Si te hospedas en la Riviera Maya, este es uno de los cenotes de México que más cerca tendrás. Está a unos minutos de Playa del Carmen, y puesto que es abierto, es muy cómodo para ir en familia. Tiene varias zonas de baño y para descansar fuera del agua, poca profundidad y pequeñas plataformas desde las que puedes saltar si te apetece lanzarte. Su nombre se debe al azul intenso del agua, que contrasta con el verde de la vegetación que rodea al cenote.
Cenote Oxman: aventura y adrenalina en la selva
En una antigua hacienda cerca de Valladolid, Oxman es un cenote semiabierto rodeado por paredes de roca alta. Se ha hecho famoso porque podrás lanzarte con una cuerda como si fueras Tarzán. La sensación de volar unos segundos antes de caer en el agua fría es adictiva. Pero cuando ya no puedas más, hay además un restaurante para recargar las pilas. También una piscina, así que podrás alternar el baño entre sus zonas. Aprovecha porque todavía no se ha hecho demasiado famoso.

Tips para disfrutar al máximo tu visita: consejos de un local
Si tienes pensado visitar los cenotes, hay algunos aspectos que debes tener en cuenta antes. Aunque recuerden a una piscina, se trata de un entorno natural que hay que cuidar. Y no por la gente local, sino por todas las personas que los visitan, que son quienes están disfrutando de ellos. Ahí entras tú.
Protege la naturaleza: uso de protectores solares biodegradables
Los cenotes son ecosistemas delicados. El agua está en constante circulación con los ríos subterráneos, así que cualquier químico que lleves en el cuerpo termina ahí dentro. Si bien son los que deberíamos usar siempre, aquí es imprescindible que tu protector solar sea biodegradable. De hecho, en algunos cenotes está prohibido usar los tradicionales. Lo ideal es aplicarlo después del baño, para dejar el menor número posible de sustancias. Una alternativa es ponerse una camiseta y no utilizar protector.
Llega temprano: evita las multitudes y disfruta la calma
Si te imaginas flotando en un cenote en completa tranquilidad, tendrás que madrugar. Los cenotes suelen abrir a las 9:00 h; intenta llegar a esa hora para ser de los primeros en entrar y en hacerse las fotos. Sobre todo, cuando vayas a los más populares.
Prepara tu equipo: qué llevar para tu aventura acuática
Los cenotes de México suelen tener solo servicios básicos. Por tanto, no te olvides de tu bañador, toalla, chanclas o escarpines para las rocas, una funda impermeable para el móvil y, si te gusta explorar, una máscara de snorkel. También es importante llevar efectivo, puesto que no suelen aceptar tarjeta. Si eres friolero, lleva una camiseta de licra para el agua, porque la temperatura a veces es bastante baja.
Respeta las normas: seguridad en cada inmersión
Los cenotes no son peligrosos en sí, pero al estar en plena naturaleza, siempre hay riesgos. Para evitarlos, basta con respetar las normas. Es decir, salta solo desde los sitios permitidos, sigue las señales y no te metas en zonas oscuras. Las rocas mojadas resbalan, algunas cavidades tienen corriente y hay zonas muy profundas. Respeta las zonas delimitadas y no te aventures a bucear en cavernas si no estás certificado. Si bien la mayoría de cenotes turísticos están vigilados y son seguros, usa el sentido común.
¿Qué significa meterse a un cenote? Una conexión cultural y natural
Los cenotes siguen siendo lugares sagrados, y teniendo en cuenta su belleza, debemos tratarlos como tal en las visitas. Estos espacios mezclan naturaleza con historia y espiritualidad. Son fuente de vida, pero también de leyendas que siguen pasando de generación en generación. Cuando entras, se escucha el eco del agua contra la roca y se ve la luz colarse entre las raíces. Más que una excursión, meterse en un cenote es una forma de salir un poco de uno mismo.

Cenotes: tipos y diferencias para elegir tu aventura
En la descripción de los cenotes en México, te contamos que hay de diferentes tipos: abiertos o cerrados o en un punto intermedio. Pero, ¿cómo afecta eso a la visita? A continuación te lo contamos.
Cenotes abiertos: para un baño bajo el sol
Los cenotes abiertos son como piscinas naturales. Los techos de las cuevas se derrumbaron y nos dejaron estos espacios al aire libre rodeados de vegetación. El sol entra de lleno, por lo que el agua se calienta. Son la mejor opción para familias, personas frioleras y quienes quieren disfrutar del paisaje sin complicarse mucho. Ik Kil y cenote Azul tienen estas características.
Cenotes semiabiertos: luz y misterio
Los semiabiertos tienen partes cubiertas y otras expuestas, así que la luz natural se cuela entre las rocas y crea reflejos hipnóticos. Puedes nadar, hacer snorkel y, en algunos casos, explorar cuevas de pequeño tamaño. Añaden una dosis de aventura, pero mantienen el nivel accesible, como por ejemplo, el Gran Cenote.
Cenotes de caverna/cerrados: la aventura subterránea
Los cenotes cerrados están completamente cubiertos, a menudo en penumbra. Puesto que su techo está intacto, las formaciones rocosas son impresionantes. Al no haber luz, el agua está fría, y también necesitarás linterna o frontal. Ideales para buceadores, snorkelistas y amantes de lo desconocido. Destacan Dos Ojos y Suytun.

Más allá de los cenotes: descubre la Península de Yucatán
Los cenotes son tan solo el comienzo de la aventura, ya que esta región del país está lleno de lugares que debes visitar. Ahora que ya te has familiarizado con la civilización maya, puedes seguir comprobando cómo su legado se mantiene vivo hoy en los sitios arqueológicos. Los dos más populares son Chichén Itzá y Uxmal. Si visitas el primero en los solsticios, podrás disfrutar del espectáculo de ver a una serpiente bajar.
Para volver a la civilización actual, nada como ciudades coloniales como Valladolid o Mérida. La primera tiene una arquitectura extremadamente colorida, mientras que la segunda es la capital cultural del sureste. Es decir, que aquí se viene a probar la gastronomía y a conocer las tradiciones locales.
Y, por supuesto, un viaje a la Riviera Maya no está completo sin sus playas. Que no se te olvide que estás en el Caribe, así que tendrás arena clara y fina, aguas turquesas, tortugas marinas y bancos de peces, corales y un sinfín de actividades acuáticas para pasar los días. Tulum y Holbox son dos de las mejores zonas para disfrutar de naturaleza, cultura y buena vida.
Si te está gustando el plan y quieres algunas ideas para una ruta completa, descubre qué ver en México en esta sencilla guía. Porque aunque los cenotes son impresionantes, puedes sacarle mucho más partido a tu viaje.

Tu aventura en los cenotes te espera
Si a tus escapadas les pides algo más que una simple experiencia al otro lado del mundo, este viaje puede cambiarte la vida. Los cenotes de México no son solo espacios naturales cargados de belleza. También son una oportunidad para conectar con la naturaleza y con la cultura ancestral. Pero nada de lo que te digamos podrá compararse a la experiencia de vivirlo en primera persona.
¿Listo para sumergirte en la magia de los cenotes y explorar el corazón de la civilización maya? Descubre nuestros viajes organizados en grupo a México, y vive una aventura inolvidable.