Cartagena de Indias es una ciudad antigua que combina a partes iguales encanto con historia. Su pasado, como tantas otras en los países de Latinoamérica, está marcado por las conquistas coloniales. Estas son las que han dejado las calles adoquinadas y las fachadas llenas de color. Pero esto no es lo único que ver en Cartagena, Colombia, también hay cultura local, restos de civilizaciones indígenas y mucho arte callejero. Piérdete en sus historias de piratas, pero también en las playas de su costa. Hoy te contamos todo lo que necesitas conocer en Cartagena de Indias, Colombia.
Centro Histórico y Ciudad Amurallada: el corazón colonial de Cartagena
En países como Colombia, es todavía posible viajar al pasado sin una máquina del tiempo. En concreto, a los tiempos coloniales, que han dejado su huella en el centro histórico de Cartagena. Las fachadas son uno de los elementos que más llaman la atención, con su explosión de color y de vida. Amarillos chillones, azules intensos… todo un repertorio que se asemeja a un cuadro impresionista.
Puedes empezar tu recorrido en la Plaza Santo Domingo, donde se encuentra la escultura de Gertrudis, obra de Botero. Desde allí, sigue hacia la Torre del Reloj, que es la entrada oficial al casco histórico. En el interior, no dudes en perderte por sus calles laberínticas, porque así es como irás descubriendo los lugares más icónicos.
Uno de los sitios que visitar allí son Las Bóvedas; antiguas celdas que han sido convertidas en tiendas de artesanía, y en las que es muy probable que des con algún recuerdo especial que llevarte contigo. Cuando te canses de pasear, siéntate en cualquiera de sus plazas para disfrutar de un jugo de fruta tropical mientras observas cómo la vida cartagenera fluye a su propio ritmo.
Otro de los puntos de interés es la Ciudad Amurallada de Cartagena. Este lugar es mucho más que sus edificios bonitos, que los tiene; es una oportunidad para dejarse envolver por su energía, su cultura y su gente. Cada esquina cuenta una historia, y cada paso es una invitación a descubrir más sobre esta ciudad.
Castillo de San Felipe de Barajas: una fortaleza imponente llena de historia
Si crees que construir castillos es cosa de cuentos de hadas, el Castillo de San Felipe de Barajas está aquí para corregirte. Este coloso de piedra se diseñó en su día para defender a la ciudad de los piratas, corsarios y cualquiera que pensara que podía apropiarse del Caribe sin invitación. Por su impresionante tamaño, puedes hacerte ya una idea de que los invasores no consiguieron sus objetivos.
Esta fortaleza de Cartagena se construyó en 1536, pero parece que nunca les resultó suficiente, porque se amplió en varias ocasiones. En el interior, hay un sistema de túneles bastante ingenioso, que podría recordarte a alguna serie de televisión de presos. Si no tienes claustrofobia, anímate a recorrerlos.
Pero si prefieres los espacios abiertos, en el Castillo de San Felipe de Cartagena tendrás un lugar especial. Desde lo más alto, podrás ver toda la ciudad. Sin embargo, aquí podríamos mencionar al refrán ese de “El que algo quiere, algo le cuesta”, porque tendrás que hacer el esfuerzo de subir las rampas. Solo piensa cómo debían ser algunos siglos atrás cuando no había ascensores. Si vas en la época de calor, no te olvides tu sombrero porque el sol no perdona, y agua.
Si te fijas bien, hasta puedes ver cómo las murallas parecen susurrar historias de combates épicos y victorias sufridas. Más que un castillo, es una cápsula del tiempo donde la piedra guarda secretos que solo descubrirás si te animas a subir.
Barrio de Getsemaní: arte, cultura y vida bohemia
Getsemaní en Cartagena es el barrio que siempre tiene algo que contar. En su día fue el primo rebelde de Cartagena, pero ahora es el niño mimado de los turistas y los locales. Su transformación ha sido total.
En sus orígenes, era un vecindario muy humilde y bastante olvidado. Digamos, esa zona en la que nadie tiene interés por irse a vivir. Sin embargo, el paso de los años ha hecho que esta concepción cambie. Ahora, es uno de los sitios que ver en Cartagena de Indias imperdible, puesto que es el epicentro de la cultura urbana y del arte callejero.
Puedes pasearte por la Plaza de la Trinidad, que suele estar llena de gente y que da la sensación de que siempre esperan por algún evento importante. ¡Así es la vida en este barrio! Gente tocando música, vendedores de arepas y algún artista callejero pintando una obra en espera de ser descubierto. Si te quedas un rato, puede que termines charlando con alguien que insiste en que su mojito es el mejor de la ciudad.
Pero lo que realmente pone a Getsemaní en el mapa son sus murales. Estos sí que son una de las cosas que ver. Cada pared cuenta una historia. Los mensajes políticos abundan, pero también hay retratos que podrían pertenecer a una galería de arte. En definitiva, es como un museo al aire libre. Y para completar la experiencia, hay bares y cafés con una estética que combina con los anteriores. En ellos podrás probar la cerveza artesanal local o un cóctel con frutas tropicales.
Lo mejor de todo es, sin duda, la atmósfera: un ambiente relajado, auténtico y, a ratos (para qué engañarnos), un poco caótica. Asegúrate de ir con zapatos cómodos y con espacio en la memoria del teléfono para tus fotos. Déjate llevar por el espíritu bohemio de este barrio que no se toma demasiado en serio, pero que tiene mucho que ofrecer.
Convento de la Popa: las mejores vistas de Cartagena desde las alturas
Otro de los sitios que no podemos dejar de recomendarte es el Convento de la Popa. Está situado en el punto más alto de la ciudad, así que tanto si te atreviste con el Castillo de San Felipe como si no, aquí tienes un nuevo reto.
Como en el anterior, ofrece vistas panorámicas de toda la ciudad, pero también su propia historia, combinada con una dosis de espiritualidad. Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVII, los monjes agustinos decidieron construir en este lugar una capilla después de un sueño. Algo así como una señal divina, según a quién preguntes.
Hoy, el convento sigue en pie, y además de la paz en sí misma que transmite el lugar, todavía conserva también su arquitectura colonial y unos jardines que parecen sacados de un catálogo de paisajismo. Y en el interior, la estatua de la Virgen de la Candelaria, que es patrona de la ciudad.
Por suerte, tienes la opción de subir a este mirador de Cartagena en coche, aunque agárrate que vienen curvas. Pero es bastante poco habitual que alguien decida ir a pie. Una vez allí, verás desde el puerto hasta la Ciudad Amurallada. Todo un espectáculo que visitar en Cartagena.
Museo del Oro Zenú: un tributo al legado indígena colombiano
Si te gusta informarte sobre la historia de las ciudades que visitas, el Museo del Oro Zenú es una de las cosas que hacer en Cartagena que te pueden interesar. Como su nombre indica, cuenta con vitrinas llenas de oro, pero también hace un recorrido por la historia y el ingenio de la cultura Zenú. Mientras en Europa estaban aprendiendo a usar un tenedor, esta civilización indígena ya tenía todo un diseño hidráulico en funcionamiento. Está situado en el corazón del Centro Histórico.
Aunque es pequeño, es una parada obligatoria para quienes quieran entender el verdadero oro de Colombia: su patrimonio cultural. En sus distintas salas, hay piezas de orfebrería con todo lujo de detalles. Y es que los Zenú no solo trabajaban el oro como un material precioso, sino que lo consideraban una extensión de su conexión espiritual con la naturaleza. Todo un lujo que hoy no nos podríamos permitir.
Además de las joyas y las figuras, el museo te cuenta la historia del sistema de canales de irrigación que habría sido la envidia de cualquier ingeniero contemporáneo. Pero lo mejor de todo es que no necesitas ser un experto en arqueología para disfrutar de la visita. Las exposiciones están diseñadas para que incluso los más despistados puedan aprender algo nuevo. Y si te has hecho ilusiones, el oro ni está a la venta ni te lo podrás llevar como un souvenir.
Playas cercanas: sol, arena y mar a pocos minutos de la ciudad
Cartagena tiene muchas virtudes, pero sus playas urbanas, con todo el cariño del mundo, no son su punto fuerte. Pero tenemos una buena noticia, y es que hay otras playas en Cartagena de Indias. Están a poca distancia y tienen todo lo que necesitas.
La mejor época para disfrutar de un día perfecto en la playa es en la temporada seca; es decir, de diciembre a abril. Son los meses en los que no te sorprenderá la lluvia. Si te preguntabas qué temperatura hace en Cartagena, en estas fechas están en torno a los 24º. Para acceder a estas playas, puedes contratar un transporte privado o un tour que te lleve directamente a los destinos más populares.
Si quieres aprovechar al máximo tu experiencia y no complicarte con la organización o los desplazamientos, apuesta por un viaje organizado a Colombia. Así podrás explotar tanto Cartagena como sus alrededores sin preocuparte por la logística.
Islas del Rosario
En tu visita, comienza por las Islas del Rosario en Cartagena de Indias. Es un archipiélago que parece diseñado para postales, ya que sus playas tienen las características que tanto deseas. Arena blanca, aguas cristalinas que invitan a nadar y a explorar el fondo con un snorkel, o simplemente tumbarte bajo el sol como un lagarto. Si quieres alguna actividad, puedes visitar el Oceanario para conocer tiburones y tortugas.
Playa Blanca
Si prefieres algo más local, Playa Blanca de Cartagena, en Barú, es tu destino. Aquí no solo podrás disfrutar de la arena y el mar, sino que la visita es toda una experiencia gastronómica. Pide tu almuerzo a base de pescado fresco y que te lo sirvan directamente en tu hamaca. La parte menos agradable es que, como dice el nombre, también serás el blanco de los vendedores, que intentarán colarte algún souvenir.
Isla Grande
Para algo más exclusivo, apuesta por Isla Grande. Aquí podrás desconectar del mundo y reconectar con tu lado más aventurero. Hay kayaks, senderos ecológicos y, si buscas algo realmente inolvidable, la posibilidad de nadar con plancton luminiscente por la noche.
Como consejos para disfrutar de las playas que ver en Cartagena, sal lo más temprano que puedas, lleva dinero en efectivo y no te olvides del protector solar. Aunque el Caribe sea espectacular, las quemaduras solares no lo son tanto.
La gastronomía de Cartagena: sabores únicos en cada rincón
La gastronomía no es una de las cosas que ver en Cartagena, sino que disfrutar. Comer es mucho más que satisfacer el hambre; es todo un viaje para los sentidos. En sus platos, se combina tradición con creatividad, y por el calor de la zona, siempre se acompañan de zumos o de cervezas.
Empieza con un clásico imprescindible: la arepa de huevo. Esta obra maestra frita rellena de huevo es la reina de los desayunos callejeros. Crujiente por fuera, suave por dentro y, si tienes suerte, recién salida del aceite. Pero no te detengas ahí. Otro plato imprescindible es la cazuela de mariscos. Imagina un caldo cremoso, lleno de camarones, almejas y pescado recién salidos del mar.
El ceviche cartagenero también tiene su momento estelar. A diferencia de otros ceviches, aquí el toque especial lo da la leche de coco y una mezcla de cítricos que te hará reconsiderar todo lo que creías saber sobre este plato. Y si te animas a explorar, pásate por el Mercado de Bazurto, que es todo un festival de olores, colores y sabores. Encontrarás platos que no sabías que necesitabas en tu vida.
Por supuesto, los restaurantes del Centro Histórico también tienen su magia. En ellos, la cocina es más tradicional, pero se fusiona con la innovación para adaptarse a los gustos de los clientes actuales. Sin duda, descubrir los platos típicos es una de las cosas que hacer en Cartagena de Indias.
Si todavía no has organizado tus viajes a Cartagena de Indias, ¿a qué esperas? La ciudad tiene todo lo que necesitas: historia, playas para desconectar y monumentos para sorprenderte. ¡Es hora de hacer las maletas! Y si quieres saber más, descubre también qué ver en Colombia.