Primero fue Bizancio, luego Constantinopla y hoy es Estambul, pero ¿qué ver en esta fascinante y camaleónica ciudad?
Incluso si no fuisteis unos empollones en el colegio, seguramente tendréis algunos recuerdos de esta maravillosa ciudad en Turquía. ¿Os dicen algo las dominaciones persas, el imperio bizantino y la conquista de los otomanos? Pues debéis saber entonces que Estambul fue el punto de referencia de la economía y el comercio entre Europa y Asia por muchos siglos.
Su posición en el Estrecho del Bósforo, que conecta el Mar Negro con el Mar de Mármara, ha permitido que la ciudad se convierta en el puerto más importante de Turquía. Por eso, cada rincón de la ciudad resume las historias, el arte y las culturas de los muchos pueblos que la han cruzado y merece ser descubierto. O, mejor dicho, redescubierto.
Culturas, religiones y gastronomías propias de cada pueblo tiñen y caracterizan los diferentes barrios de esta gran ciudad turca, la más grande del país. Por cierto, no hay que olvidar que, a pesar del tamaño de Estambul, la capital de Turquía es Ankara. En fin, comenzamos a descubrir qué ver en Estambul.
La mezquita azul en Estambul
Más de 20.000 azulejos azules y nada de cerámica. No hablamos del baño exageradamente fastuoso de un emir árabe en Dubái, sino de las decoraciones que adornan el interior de la Mezquita Azul de Estambul.
Este edificio, inaugurado en 1617 y erigido a instancias del sultán Ahmed I, tenía el propósito simbólico de reafirmar el poder otomano tras la guerra con Persia. Por esta razón, la Mezquita Azul es un edificio gigantesco que se acerca al tamaño de Hagia Sophia, la titular de la primacía en Estambul. Aparentemente, el sultán Ahmed tenía un ego bastante grande. Hizo construir el mismo número de minaretes que la mezquita de La Meca –seis–, lo que obligó a esta última a añadir uno para mantener el podio de la mezquita más impresionante. Digamos que, aunque tuvierais un teléfono sin batería y sin el sagrado navegador –protector de los que no saben orientarse– aún seríais capaces de encontrar esta mezquita.
El turquesa de las paredes superiores y la cúpula es solo una de las bellezas que encontraréis dentro de la mezquita. En el interior, de hecho, quedaréis cautivados por la cálida luz procedente de más de 200 ventanas y candelabros que cuelgan del techo: una iluminación mística y acogedora que os dejará sin palabras.
La basilica di Santa Sofia o ‘Hagia Sofia’
Ya sea que su nombre se use en griego antiguo, latín o turco, lo cierto es que la basílica más grande de Estambul está dedicada a Sofía, o la sabiduría de Dios.
Como suele suceder en Estambul, Hagia Sophia también es testigo del paso de muchas dinastías diferentes. De hecho, nació en el año 537 como catedral cristiana y, tras la caída del Imperio Romano de Oriente, se convirtió en mezquita otomana. En 1935 finalmente se convirtió en museo. Podéis visitar la basílica y aprender toda su historia cuando estéis allí. Tenéis que saber que Hagia Sophia ha sido abierta nuevamente al culto islámico hace un par de años. Así que habrá que vestirse de forma recatada, incluso con 40 grados de temperatura a la sombra.
Esta basílica es uno de los sobrevivientes más grandes del mundo de la arquitectura bizantina y el interior decorado en oro ha sido una fuente de inspiración para generaciones de artistas. La estructura interna incluye una nave larga con una enorme cúpula de 55 metros de altura, decorada con 40 ventanas en arco. ¡Pensad que los pasillos laterales decorados minuciosamente fueron una inspiración para la Basílica de San Marcos en Venecia! En definitiva, con columnas corintias e inmensos mosaicos dorados, Hagia Sophia es una de las cosas que ver en Estambul.
Un ‘kebap’ al Gran Bazar
No es un error de ortografía, lo que llamamos kebab en realidad sería ‘kebap’. Lo descubriréis en el Gran Bazar de Estambul, toda una institución y, sin duda, una de las cosas que ver en Estambul. Es uno de los mercados cubiertos más grandes y antiguos del mundo: más de 60 calles y cerca de 4.000 comercios bastan como prueba de ello.
El Gran Bazar nació en 1455, después de la conquista otomana de Constantinopla. La primera estructura, dedicada al comercio de tejidos y joyas, fue construida por órdenes del sultán Mohammed II, justo al lado de su palacio. Pronto se desarrollaron a lo largo de las calles los ya presentes mercados cubiertos especializados, hasta el punto de tener calles enteras dedicadas a la venta de un producto específico. Poco a poco, estos mercados fueron vallados y ahora se puede acceder a ellos a través de numerosas e imponentes puertas.
Pieles, alfombras, ropa, joyas, pero también especias y alimentos de todo tipo. Aquí podréis sumergiros en la historia y tradición de Estambul, imaginando que estáis caminando por las calles de la antigua Constantinopla. Dejaros llevar por los colores y los aromas, y poned a prueba las habilidades de los vendedores, regateando precios.
La Cisterna, una basílica subterránea
¿Qué ver en Estambul? Quizás os estéis preguntando: “con todas las cosas maravillosas que hay para visitar, ¿a quién le interesaría una cisterna subterránea en Estambul?”. ¡Pues la visita no os va a decepcionar! Agarraos fuerte ya que este lugar es uno de los sitios más increíbles que visitaréis en Turquía, así como una de las cosas que ver en Estambul.
Entrando bajo tierra en este museo, descubriréis una obra majestuosa: una cisterna que mide 70 x 140 m y tiene una capacidad ¡de casi 80.000 metros cúbicos de agua! Sí, esta ‘basílica’ no tiene nada de sagrado y fue construida por mandato de Constantino en el año 532 para abastecer de agua al palacio bizantino. Entonces, ¿qué la hace tan mística, aunque no tenga valor religioso? Seguramente sus 336 columnas de 9 metros de altura, algunas de las cuales están decoradas con cabezas de medusa invertidas.
A lo largo de las distintas pasarelas, vuestra mirada discurrirá entre hileras de columnas y arcos que os harán sentir como si estuvierais en un lugar sagrado. Y si sois unos amantes del cine, es posible que hayáis visto este lugar en Inferno, la película de Tom Hanks de 2016. ¡El gran final se desarrolla justo aquí!
Palacio de Topkapi en Estambul
Frente al Palacio de Topkapi y a su belleza, seguramente os quedaréis atónitos. Topkapi es un complejo de esplendor único, encargado por el emperador Mohammed II.
El palacio fue residencia de generaciones de sultanes otomanos, desde 1465 hasta mediados del siglo XIX, y centro administrativo del Imperio. Planead unas horas para visitar este sitio que tiene numerosos edificios en su interior. Entre los muchos, hay un Museo Arqueológico, donde se pueden ver numerosas colecciones de cerámica, tumbas otomanas, artefactos egipcios y sumerios. Por último, una Tesorería, que alberga joyas como el diamante en forma de lágrima de 88 quilates que perteneció a la madre de Napoleón.
Cocinas, caballerizas reales, cuatro patios, para un total de 700.000 metros cuadrados de lujo imperial. Por último, una de las cosas que ver en Estambul mientras visitas el palacio de Topkapi es el Harem, el lugar donde vivía el sultán con su familia ‘extendida’. Eran numerosas mujeres cultas y educadas, gobernadas por la madre del sultán.
La vista de Estambul desde la torre de Gálata
¿Os gustan los miradores o las vistas aéreas? Pues subiendo a la Torre de Gálata podéis disfrutar de la vista completa de la ciudad de Estambul. Valdrá la pena subir, ¿no?
Llegaréis a estar a 61 metros de altura, pasando entre paredes que se levantaron en el año 528, un auténtico viaje por la historia. De hecho, esta torre fue construida para convertirse en el faro de Estambul y dominar el puerto, que era muy importante para el comercio y la economía. Lo que hace única a esta torre es el grosor de sus muros: en la base miden casi 4 metros, mientras que a medida que subes ¡llegan a poco menos de 20 centímetros!
Si queréis daros un capricho extra, os aconsejamos que lleguéis a la torre cogiendo el funicular desde el puente de Gálata, no os arrepentiréis. Es un puente elevado de casi 500 metros de largo que merece ser fotografiado. El Puente de Gálata, ubicado en el promontorio del Cuerno de Oro, conecta el centro histórico de Estambul con la parte más moderna de la ciudad. Pensad que debajo del puente, en el nivel inferior, podréis encontrar muchos restaurantes y cafés, y comer platos típicos y pescados de excelente calidad que provienen directamente de los pescadores.
Balat y Bebek: los distritos del centro de Estambul
No seríais buenos exploradores y viajeros si no os sumergierais en los distritos históricos de Estambul. De no hacerlo, probablemente os arrepentiríais porque, para descubrir una ciudad tan heterogénea, la única manera es pasear por sus calles y descubrir la vida local de los turcos.
Balat es el histórico barrio judío de Estambul, conocido por la Mezquita Azul y Hagia Sophia. ¡Pero no creáis que las cosas por descubrir han terminado! El encanto de este distrito se debe a los altos y coloridos edificios que llenan las calles. Aquí también podéis visitar tres sinagogas pero, sobre todo, la Iglesia de San Salvador de Cora, famosa por sus mosaicos y frescos.
Bebek, conocido como ‘la pupila del Bósforo’, es otro barrio histórico de Estambul que no puede faltar en vuestro itinerario. Se encuentra en una ensenada, en el famoso estrecho de mar que atraviesa la ciudad. Se puede llegar en coche, en barco o a pie, a través de un largo, pero sugerente paseo. Bebek se divide en dos áreas, una en la colina y otra alrededor del puerto deportivo. Podréis ver el característico Yali, las lujosas casas de madera que fueron la residencia de verano de los nobles, pero también pequeñas mezquitas y edificios de estilo rococó y art nouveau. La vida en los barrios de Estambul está llena de cultura, voces, risas y color: depende de vosotros descubrir vuestro barrio favorito.
Nisantasi: Estambul también puede ser lujosa
Este es el barrio más exclusivo y de moda de Estambul. En todo viaje respetable, llega el momento de dejar la mochila a un lado y darse el gusto de dar un paseo de compras o cenar en un buen restaurante.
Nisantasi es un barrio nacido en el siglo XIX para convertirse en el nuevo centro residencial de la ciudad. Escuelas, campus y mezquitas han impulsado a varias comunidades a establecerse aquí, creando un clima de inclusión verdaderamente único. Hoy, este barrio es el centro de compras de élite, ese que para algunos resulta inaccesible, pero también es el lugar perfecto para comer en uno de los tantos bistrós.
Como en cualquier barrio de lujo que se precie, entre una clínica de cirugía estética y una tienda de Prada, hay muchos edificios históricos, como la mezquita Teşvikiye. Se encuentra en una zona donde los sultanes solían participar en excursiones de caza y tiro. Esto se puede entender gracias a las piedras de puntería, los obeliscos que servían para marcar los registros de tiro con arco de arqueros y sultanes. Curioso, ¿verdad?
Taksim y Fatih: dos distritos por descubrir
Coged un mapa de Estambul y observad: ¿hay áreas que no visitaríais? Si vuestras ansias de saberlo todo sobre una ciudad os hacen recorrer decenas de kilómetros al día, aunque normalmente solo os mováis del sofá a la nevera y viceversa, entonces tienes que visitar otros dos barrios: Taksim y Fatih.
Taksim se encuentra en la parte moderna de Estambul y, gracias a su famosa y enorme plaza, es uno de los lugares más concurridos de la ciudad. Aquí, de hecho, se organizan muchos eventos públicos y fiestas. Desde la Plaza Taksim se desarrolla una de las principales arterias de Estambul, Istiklal Caddesi, repleta de tiendas. En este sitio encontraréis una amplia oferta de restaurantes, bares y algunos de los hoteles más lujosos de la ciudad. Pasead por la calle, que es completamente peatonal, o recorredla a bordo del antiguo y característico tranvía.
En Fatih, por otro lado, encontraréis un ambiente completamente diferente: es considerado uno de los barrios más ‘conservadores’ de la ciudad. Aquí viven muchos inmigrantes, sobre todo del extremo este de Turquía, que son muy religiosos. Pero Fatih no solo está formado por hermosas mezquitas: aquí tendréis que sumergiros en la extraordinaria oferta culinaria. De hecho, el barrio es considerado el centro gastronómico de Estambul. Quioscos y puestos dónde degustar todas las delicias de la cocina turca, como las kofte, unas albóndigas suculentas. Es justo especificar que los precios aquí son bajísimos y realmente podéis daros un homenaje para poder decir que lo habéis probado todo, ¡absolutamente todo!
Estambul es una ciudad llena de cosas que ver. Su historia, convulsa por la sucesión de diferentes dominaciones y numerosos terremotos, ha contribuido a convertirla en una ciudad de apariencia camaleónica. Y es que esta histórica urbe ha sido capaz de adaptarse a los cambios de forma espectacular. Estambul es irregular, desordenada y ruidosa, pero a la vez mística y llena de curiosidades y leyendas. Entonces, ¿qué ver en Estambul? Esperamos que estos consejos os hayan resultado útiles. Una última recomendación: cogiendo un vuelo desde Estambul podéis visitar Capadocia (os hablamos de esta zona en nuestro artículo sobre qué ver en Turquía), una región turca donde las ciudades están literalmente talladas en la roca y las puestas de sol en un globo aerostático son una actividad obligada para todo visitante.
Si os han entrado ganas de viajar a este destino, ¡echadle un vistazo a la propuesta de WeRoad para Estambul y Capadocia y regalaros una experiencia única en su género!