Qué ver en Lisboa: 6 barrios imperdibles

¿Tenéis unos días libres y buscáis un destino para regalaros unas vacaciones en una ciudad europea? La capital portuguesa es el destino ideal. Pero, ¿qué ver en Lisboa?

Hay tantas cosas que ver en esta ciudad que, sin mucho esfuerzo, se sitúa entre las capitales más bonitas de Europa. Para facilitar la visita, ¡os sugeriremos destinos y curiosidades de los 6 barrios más característicos de Lisboa! Además, os daremos algunas ideas y recomendaciones de los mejores miradores para vuestras stories de Instagram.

Para que os deis cuenta de lo especial que es, basta saber que es la capital más occidental de Europa y la única que da al océano Atlántico. Hay mucho que se quedará grabado en vuestra memoria: ese ambiente atemporal, muy ligado a la exploración marina, que es producto de los monumentos, catedrales y terrazas panorámicas, muchas veces con música de fado de fondo.

El clima también contribuye a que sea tan única y popular entre los turistas. Los inviernos nunca son fríos y las calurosas temperaturas estivales se ven mitigadas por el constante viento procedente del océano. ¿No oléis ya las olas rompiendo en la costa? ¡En marcha!

Alfama de Lisboa

El barrio de Alfama es el más antiguo de la capital portuguesa y su corazón histórico. ¿Qué os sorprenderá de este lugar? La ausencia total de supermercados, vehículos y restaurantes de lujo. Aquí todo habla de historia: las fachadas de los edificios, un poco corroídas y descoloridas, recuerdan el esplendor de la presencia árabe y los talleres de los artesanos.

Es también una sucesión de callejuelas, subidas y escaleras. La única forma de no correr el riesgo de sufrir dolor de piernas durante todas las vacaciones es tomar el típico tranvía 28. Entre sus muchas paradas, hay una que lleva al Castillo de São Jorge. Tras sobrevivir a dos terremotos y a la ocupación de los moros, el castillo es una de las cosas más bonitas que ver en Lisboa. Está situado en la colina más alta de Lisboa y un paseo por sus murallas os proporcionará una panorámica de 360 grados: el circuito que va de la ciudad hasta el estuario del río Tajo.

Otro edificio que hay que ver en Lisboa es lo que los portugueses llaman Sé de Lisboa, o Catedral de Lisboa. Es una iglesia que representa todas las culturas que han pasado por aquí a través de su mezcla de estilos arquitectónicos. Y si lo vuestro son las vistas, entonces la Alfama os encantará, pues cada plaza ofrece una mirada única y hace de este barrio el más fotografiado. El Miradouro de Santa Luzia es un ejemplo de ello: una terraza decorada con columnas y azulejos de colores, apuntando a los tejados rojos de Lisboa y al río.

El Bairro Alto

Estáis en el Bairro Alto, el barrio creativo de Lisboa, muy apreciado por los artistas que viven aquí y trabajan en sus numerosas galerías. Si queréis descubrir el lado más auténtico de Lisboa, pasead por los altibajos de Bairro Alto durante la noche. Al caer el sol, las casas do fado –los bares típicos de Lisboa– comienzan a resonar con la música antigua y conmovedora llamada fado, que representa plenamente el alma de Portugal.

Una de sus particularidades es su estructura arquitectónica ortogonal, con calles perpendiculares divididas en un rectángulo perfecto, ciertamente muy distinguible de los demás. Bairro Alto ha sido históricamente el hogar de la burguesía, pero pronto también de artistas creativos y sin dinero, y es esta mezcla la que lo ha convertido en el barrio bohemio de Lisboa.

Pasar una noche en este sitio os dará la oportunidad de escuchar música atemporal y de disfrutar de una gran cena. Si os preguntáis dónde comer cocina típica, la respuesta está en las tascas: antiguas tabernas familiares. De día podéis disfrutar de la sombra de un hermoso cedro centenario en la Praça do Principe Real o visitar el Jardín Botánico que, con sus 2.500 plantas, es uno de los más importantes del sur de Europa.

Baixa de Lisboa

La Baixa de Lisboa es el barrio «comercial» de la capital, donde se encuentran muchas tiendas y restaurantes de moda, así como comercios, bancos y bares. Este elegante barrio es, definitivamente, algo que ver en Lisboa ya que nació tras el terremoto de 1755, cuando era necesario reiniciar y reconstruir rápidamente para que la economía volviera a florecer. Poco espacio para la estética entonces pero Baixa es, sin duda, el más animado y frecuentado a diario por los propios habitantes.

Una de las plazas más famosas y frecuentadas por artistas e intelectuales es la de Dom Pedro IV, llamada Rossio, es decir, la gran plaza. Os llamará la atención su pavimento en forma de olas, conocido como mar largo, realizado con piedras blancas y negras. Desde aquí, os recomendamos pasar por debajo del Arco da Rua de Augusta, similar a un arco de triunfo romano, para apreciar la magnificencia de la Praça do Comércio. Pensad que esta plaza es una de las más grandes del mundo y se asoma a las orillas del río Tajo. Nuestro consejo es que lleguéis a la plaza y os relajéis en uno de los muchos bares y, después, salgáis a explorar el siguiente barrio.

Os damos una recomendación: en Baixa está el Elevador de Santa Justa, ¡un ascensor que le lleva directamente al barrio de Chiado!

El barrio de Chiado

O Chiado, que significa astuto, era el apodo del poeta Antonio Ribeiro y de ahí el nombre de este barrio histórico. Sin embargo, el poeta que más ilustre de Chiado es el mundialmente famoso Fernando Pessoa, a quien le encantaba disfrutar de los pasteles en el Café La Brasileira, donde ahora hay una estatua en su honor.

Esta locación se articula en torno a su plaza principal, la Praça de Camoes y debe su fama internacional a la que puede considerarse la iglesia en ruinas más fascinante de Europa: el Convento do Carmo, por mucho una de las cosas más bonitas que ver en Lisboa. Lo que queda de esta iglesia gótica, destruida en el terremoto de 1755, es el esqueleto de la estructura original. El cielo y las nubes que actúan como bóveda enmarcan la estructura exterior de la iglesia, que permaneció intacta tras el terremoto y ofrece a los visitantes un espectáculo inolvidable.

Del Puente Vasco da Gama al Cristo Rei

El siguiente consejo sobre cosas que ver en Lisboa no se refiere a un barrio en concreto, sino que es ruta alternativa que os llevará a descubrir los puentes de Lisboa.

Empecemos por el que es el más largo de Europa: el puente Vasco da Gama, que con sus 12,3 km de longitud, ostenta este récord. Su nombre es un homenaje al afamado navegante portugués y fue inaugurado en 1998, en el 500 aniversario de su llegada a la India de 1498.

Siguiendo las orillas del río Tajo hacia el sur de la ciudad, hay muchas cosas que ver, pero el Oceanário de Lisboa merece una visita aparte. Es uno de los mayores acuarios del mundo, donde se pueden ver tiburones, rayas, pingüinos, animales y plantas, en total más de 450 especies diferentes. Siguiendo por el río hacia Bairro Alto, no podéis perderos la visita al Museo Nacional de los Azulejos, los típicos azulejos portugueses que decoran casas, plazas y estaciones de metro y que, con su encanto, hacen de Lisboa una ciudad tan colorida.

Terminad este paseo llegando a América. No bromeamos, por un momento os sentiréis como si estuvierais en San Francisco frente al Golden Gate. Esta es la sensación que se tiene desde el Puente 25 de Abril: una estructura suspendida sobre el agua que conecta la capital con Almada. Cruzad el puente y os parecerá estar en Río de Janeiro ya que ante vosotros se alza la estatua del Cristo Rei, claramente inspirada en el Cristo Redentor de Brasil. Subid a esta estatua y veréis Lisboa desde una perspectiva aún más diferente. No os asustan las alturas, ¿verdad?

Por último, no muy lejos, en el barrio de Alcántara, se encuentra una de las cosas más peculiares que ver en Lisboa: la LX Factory. Se trata de una antigua zona industrial reconvertida en 2008 en una especie de barrio cultural y gastronómico. Justo bajo los vanos del puente 25 de Abril, los antiguos almacenes albergan ahora restaurantes, talleres, bares, librerías y tiendas. En resumen, ¡un auténtico pueblo por descubrir en toda su excelencia!

Belém y su Torre

Desembarcad en Belém, el barrio que más representa la época de los descubrimientos y los viajes alrededor del mundo, y dejaros llevar por las olas del océano a través de la historia de la Lisboa de los navegantes. Fue desde Belém desde donde los marineros portugueses partieron a la conquista de nuevos territorios.

Lo primero que os llamará la atención al llegar aquí es la Torre de Belém. Aunque era una estructura militar que servía de puerto y faro, hoy es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Esta torre, desde la que se tiene una vista impresionante del río Tajo, es famosa por dar la sensación de estar en la proa de un barco rumbo al océano.

En Belém se encuentra también uno de los monumentos más fascinantes de Lisboa, el Monasterio de los Jerónimos, construido para celebrar el regreso de Vasco de Gama a casa tras descubrir la ruta de la India. Este monasterio es un claro ejemplo del llamado estilo manuelino, una arquitectura gótica portuguesa muy rica en suntuosas composiciones florales y referencias a elementos típicamente marineros.

Por último, entre las cosas que ver en Lisboa, no puede perderse el Monumento a los Descubrimientos, también en Belém. Es una gigantesca carabela de piedra blanca de 52 metros de altura. En ambos lados luce el escudo portugués y en la proa se alza Enrique el Navegante, descubridor de Madeira, las Azores y Cabo Verde. Un ascensor os llevará por encima del monumento, desde el que podréis ver la rosa de los vientos, un mosaico con la representación de un globo terráqueo en el centro.

Qué ver en Lisboa en 3 días

Los barrios que acabamos de describir pueden ser visitado tranquilamente en 3 días de visita en la capital portiguesa. En WeRoad hemos organizado un viaje para verlos junto a un grupo de personas que se transformarán en vuestros amigos.

Si los barrios de esta bella capital os han cautivado, echad un vistazo a nuestras propuestas (Portugal Express y Portugal Beach Life) de viaje y descubrid qué ver en Lisboa.

Y si sois más de playa aquí encontráis un artículo sobre las mejores playas de Portugal.