Qué ver en el Algarve: itinerario entre océano y pueblos de pescadores

Ni se os ocurra desenrollar la toalla de playa y pasar una semana tirados junto al mar. Podríais hacerlo, pero os perderíais toda la belleza del Algarve: acantilados, cuevas, pueblos pintorescos, castillos medievales y paisajes de ensueño. Porque aunque esta región de Portugal se haya entregado al turismo de masas en el pasado (dejando a un lado los resorts de la costa sur), esperamos captéis parte de su belleza y autenticidad con esta guía que hemos preparado. Si las clásicas vacaciones de playa-hotel, hotel-playa quedaran absolutamente descartadas, os preguntaréis: ¿qué ver en el Algarve?

Nuestro itinerario os llevará a las ciudades más bonitas del Algarve (y a las playas más famosas de cada zona) sin olvidar, por supuesto, la parte más natural, llena de colores y aromas. Para los más enérgicos, tampoco faltarán oportunidades de practicar surf cabalgando las olas más magníficas del océano Atlántico. Vale, puede que ya estéis buscando cómo llegar al Algarve, ¿verdad? No os preocupéis, eso también lo explicamos: aterrizad directamente en Faro con la aerolínea de bajo coste más popular de Europa. O llegad desde Lisboa en tren o en coche, o podéis salir desde Andalucía (que está a sólo tres horas) si vais a hacer un viaje por carretera. ¿Estáis preparados?

Faro

Para descubrir la verdadera alma de esta parte de Portugal, hay que empezar por las ciudades más bonitas que ver en el Algarve: están en la costa y ofrecen paisajes de postal. Empecemos por Faro, la más famosa y en la que desembarcan la mayoría de los turistas. A continuación, nos desplazamos hacia el este para continuar en sentido contrario por una hermosa ruta por carretera desde el extremo occidental de Portugal hasta el salvaje norte del Algarve.

Pero, hablemos primero de Faro, porque tiene todo para enamorar a primera vista. Es la capital regional, tiene kilómetros de playas, un parque natural asombroso y un centro histórico muy bonito. Empezad por aquí: pasad por el Arco de Vila y entrad en la Cidade Velha (ciudad vieja), rodeada de murallas fortificadas. Respirad su atmósfera mágica, perdeos por las callejuelas y dirigiros directamente a la catedral, su verdadero símbolo. Y si no sufrís de vértigo, subid al campanario para deleitaros con el hermoso paisaje.

Si queréis descubrir su lado más verde, el Parque Natural de Ria Formosa es para vosotros. El ecosistema es pantanoso y rico en fauna local, así que zarpad en barco y disfrutad de la aventura. Llegaréis al puerto de la ciudad y, si lo deseáis, también podréis terminar vuestro viaje en Ilha Deserta, una hermosa playa a la que sólo se llega por mar: ¡es salvaje y hermosa! Desde el barco descubriréis delfines y ballenas y, aunque no veáis ningún cetáceo (ellos deciden cuándo dejarse ver), ¡es una gran oportunidad para admirar la costa del Algarve desde el océano Atlántico!

Si el avistamiento de ballenas es una pasión leed este artículo en que os recomendamos destinos para un whale watching inolvidable.

Olhão

A unos treinta kilómetros de Faro se encuentra Olhão, el puerto pesquero más importante del Algarve. De camino a Tavira (de la que os hablaremos en nada), puede ser una interesante parada gastronómica. Aquí triunfa la cocina marinera por su surtido mercado de pescado y verduras, cuyo mejor momento es los sábados por la mañana. Después de comer, recorred su paseo marítimo y las calles adoquinadas del casco antiguo.

Tavira

¿Qué ver en el Algarve si no Tavira? Nuestro itinerario nos lleva al este de Faro. Tavira es una de las ciudades más bellas del Algarve y el lugar para saborear el ambiente del interior, aderezado por su arquitectura típicamente morisca.

Aquí, el río Gilão divide el tejido urbano en dos partes iguales y pasear por el puente romano que une una zona con la otra es toda una experiencia. En cuanto a los lugares de interés, hay mucho donde elegir: el centro histórico es espléndido y está repleto de monumentos, iglesias y vistas fotografiables. El Castillo de Tavira, por ejemplo, es visita obligada: la entrada es gratuita y, además de las ruinas, permite visitar un lindo jardín interior dentro de las murallas. Cerca está la Iglesia de Santa Maria do Castelo, con el color blanco típico de toda Tavira. En la Praça da República podréis relajaros en la mesa de un elegante café en medio del ambiente tavirense.

Albufeira

Como mencionamos al principio de esta guía, la parte sur del Algarve es la más «afectada» por el turismo de masas. Y Albufeira es, sin duda, la capital turística de toda la región. Está situada al oeste de Faro y es la elección permanente para quienes desean unas vacaciones cómodas con todo al alcance de la mano. El casco antiguo es agradable, aunque le cuesta captar la autenticidad que se respira en las otras localidades de la costa. La hemos incluido en la lista porque es un famosa, pero no pasaríamos demasiado tiempo aquí, a menos que se busque un lugar de vida playera y juerga nocturna.

Sin embargo, podemos dedicar una palabra más a las playas de Albufeira. Aparte de la muy concurrida Praia Da Oura, tiene maravillosos sitios que aún no han sido invadidos por el turismo. Por ejemplo, la Praia dos Alemaes, que aunque está cercana a Albufeira, es menos caótica y recibe al visitante con arena dorada y aguas especialmente transparentes. Pero la verdadera belleza está más lejos: la Praia Da Galé, situada a unos 6 km de Albufeira. Tiene 5 km de longitud y se caracteriza por sus dunas de arena acompañadas de una rica vegetación.

Ferragudo y Carvoeiro

Pasemos a los pueblos pesqueros como sacados de una postal. Ferragudo es estupendo: es un pueblito situado en la desembocadura del río Arade, en cuyas aguas se reflejan las típicas casas blancas de la zona. El centro histórico es pequeño, pero muy bonito, con calles estrechas y escaleras pintorescas. Podréis seguir las costumbres locales y alquilar una bicicleta para ir al ritmo pausado del pueblo. Llegad así al castillo de São João de Arade, encaramado en un promontorio que mira a la Praia da Angrinha, una alternativa si buscáis una playa resguardada del viento. Disfrutad del panorama que se presenta ante vuestros ojos: sugerentes acantilados e islotes a los que podréis llegar desde Ponta do Altar.

No muy lejos de Ferragudo se encuentra Carvoeiro, otro pueblo de pescadores que figura en la lista de visitas obligadas del Algarve. Es bonito y en verano es tomado por asalto por los turistas. Pero os aseguramos que el ambiente que respiraréis os hará ir más allá de las multitudes que podáis encontrar. Situado entre acantilados y casas blancas, es perfecto para unas vacaciones relajantes, con su única playa a poca distancia del centro urbano. Hablamos de Praia do Paraíso, una cala solitaria que, cuando no está invadida por los turistas, ofrece inmensas alegrías. Pero su verdadero atractivo es en realidad la Cueva de Benagil con su playa, una de las más famosas del Algarve, de la que le hablaremos a continuación.

Cueva de Benagil

La auténtica atracción de Carvoeiro es su gruta: el agua del océano ha conseguido tallar, a lo largo de milenios, la arenisca de la que está compuesto el acantilado, creando una cueva a nivel del mar. Una vez dentro, levantad la cabeza y mirad hacia arriba: en el techo veréis una increíble abertura circular que confiere al lugar una atmósfera muy especial. Lo bueno es que no hay que ir muy lejos para visitarla: está a sólo 150 metros de la playa de la ciudad. Lo mejor es llegar en barco, ya que las corrientes y la marea alta pueden poner a prueba incluso a los nadadores más experimentados. Como alternativa y si os animáis, alquilad un sup o un kayak por unas decenas de euros.

Lagos

Seguimos hacia el oeste para descubrir otro imprescindible que ver en el Algarve, uno de los centros turísticos más famosos de la zona: ¡Lagos! El centro histórico es encantador y está lleno de pequeñas plazas (perfectas para un descanso), iglesias y casas de colores. Y su entorno rima con la vida playera: es especialmente popular en verano porque tiene una costa preciosa. En nuestra opinión, es una visita obligada en el Algarve.

Después de tomar el sol (sobre todo si visitáis el Algarve en verano), dirigiros directamente a los acantilados rojizos colindantes con el océano que se encuentran por la costa. Os recomendamos una excursión a Ponta da Pietade, un gran monte rocoso a 3 km de Lagos que os dará una idea de lo maravillosa que es la naturaleza. Tenéis varias opciones: hacer senderismo por tierra descubriendo sus caminos con una pintoresca cueva y una pasarela que ofrece unas vistas impresionantes; o admirarlo todo desde la comodidad de un barco. Ambas alternativas son estupendas, ¡y nada os impide hacer las dos! Si sois especialmente aventureros, alquilad un kayak y adentraros en el agua, con una recomendación: ¡escoged un día en el que el mar esté plano como una tabla!

Sagres

Para los que quieren combinar playa y vida urbana, Sagres es una visita obligada en el Algarve. Conserva el encanto rústico y algo descuidado de las localidades menos turísticas, pero se convierte en un paraíso para los amantes de los deportes acuáticos que quieran ponerse a prueba sobre las olas del mar. De hecho, esta localidad se encuentra en el extremo suroeste de Portugal y se caracteriza por la presencia de varios promontorios que, al dar lugar a zonas más o menos resguardadas del viento, juegan a favor de los surfistas de todos los niveles.

En cuanto a playas (Portugal tiene muchas y hemos hablado de las mejores en este artículo), la Praia do Martinhal, situada a unos 2 km de Sagres, es muy popular en esta parte del Algarve. Amplia y arenosa, es para los que quieren pasar las vacaciones con una tabla bajo el brazo. Todos los demás podéis ir a Praia da Mareta, a la que se puede llegar fácilmente a pie desde la ciudad. Los acantilados a un lado y Sagres al otro la protegen de los vientos, por lo que es ideal para los que quieren vida playera.

Y para los que no quieran tomar el sol o probar suerte en la gastronomía, hay mucho que hacer: desde senderismo hasta cicloturismo, para terminar con las piernas bajo la mesa en uno de los muchos restaurantes de la zona. Si os sobra tiempo, os recomendamos una visita al puerto y a la Fortaleza de Sagres. Para disfrutar de las puestas de sol más bellas de todo Portugal, id al Cabo de São Vicente, en el extremo suroeste del país. Será una experiencia magnífica y ninguna foto podrá igualar lo que verán vuestros ojos.

Carrapateira y Aljezur

Continuamos nuestro viaje por carretera para descubrir las cosas que ver en el Algarve, que, después de Sagres, llegamos a una de sus zonas más salvajes. De hecho, desde 1995, la costa norte se ha convertido íntegramente en parque natural. La primera parada que proponemos es en Carrapateira, un pueblo tranquilo y con muy pocos turistas. Frente al océano abierto, en los últimos años se ha convertido en la meca para los surfistas. No hay mucho más, pero el ambiente que se respira es definitivamente hippy y agradable. Una de sus playas más famosas es la Praia de Carrapateira, que es realmente enorme. Si no sabéis surfear, ¡siempre podréis admirar las maniobras de los más valientes directamente desde la playa!

Cuando os canséis de las olas y la naturaleza salvaje, continuad 20 km hacia el norte hasta Aljezur, un pueblo que tiene dos partes bien diferenciadas: una de estilo morisco con las ruinas de un antiguo castillo encumbrado en una colina; y, la otra –llamada Igreja nuova–que se extiende 600 metros por la ladera sobre la que se levanta el pueblo. A su alrededor domina una campiña repleta de flores. Aquí también las playas acaparan la atención, ¡especialmente de los surfistas más experimentados!

A 6 km de Aljezur está una de las playas más famosas del Algarve, sobre todo de su zona norte. Se trata de Praia da Amoreira, que a un lado tiene hermosas dunas (protegidas por pasarelas de madera) y al otro un acantilado. Pero lo más especial es que podréis decidir si daros un baño “dulce” o “salado”: la playa ¡empieza justo en la desembocadura de un arroyo!

QuÉ ver en el Algarve en 7 días

Como habréis imaginado, al responder a la pregunta “¿qué ver en el Algarve?” os hemos dado varias pistas: esta región de Portugal merece un viaje de dos semanas para poder saborear la belleza y el ambiente de cada sitio. Si, por el contrario, sólo disponéis de una semana, no os preocupéis: podréis elegir las paradas en función de vuestros gustos. Por ejemplo, si no sois surfistas, pero os encantan los ambientes más tranquilos de pueblos y aldeas, saltad la parte norte y concentraos en la costa suroeste.

Empezad entonces por Faro, no paréis en Albufeira y, en su lugar, disfrutad de las mágicas atmósferas de Ferraguto y Carvoeiro, que además os brindarán la oportunidad de admirar una de las atracciones más famosas del mundo, la cueva de Benagil. Continuad hasta Lagos para descubrir su vida urbana y sus senderos naturales. A continuación, decidid si llegar hasta Sagres. Esta puede ser una excelente oportunidad para probar el surf por primera vez, ¡quizá se os da bien!

Viaje al Algarve con WeRoad

Ahora que habéis descubierto lo mucho que hay que ver en el Algarve, ¿no podéis decidir qué paradas hacer o no queréis organizar el itinerario? Si buscáis un viaje que combine naturaleza, playa y vida urbana, os recomendamos que echéis un vistazo a nuestro Portugal Beach Life, ¡seguro que os encantará cada momento!